Mientras la Xunta mantiene un silencio espeso, el sector cerquero gallego (140 barcos de los que 103 están integrados en la asociación Acerga) se pregunta por el papel que la Consellería do Mar está jugando para con este segmento de flota al que, en tres ocasiones durante este año, se le ha cortado la posibilidad de pescar por el cierre impuesto a sus pesquerías objetivo. Hasta qué punto es manifiesto el desinterés del departamento que dirige Rosa Quitana, que el presidente de Acerga, José Blanco, confesaba en una entrevista realizada por Pilar-Aymara que para tratar de solucionar los problemas derivados de la incapacidad de la Xunta para negociar acuerdos de cesión de cuota, se ven obligados "a saltar por encima de Santiago (en clara alusión al lugar de ubicación de la sede de la Consellería do Mar) para tratar el problema con la Secretaría General de Pesca" y lograr que se hable de lo mal que lo están pasando tanto los cerqueros como las poblaciones de estos dependientes.

Los marineros del cerco quieren que se modifiquen los criterios de reparto de las cuotas, que siempre benefician a los que más tienen mientras que aquellos que no alcanzan los mínimos de subsistencia se ven en la obligación de vivir sin horizonte, siempre por debajo de los mínimos (incluso a pesar de los acuerdos de cesión de cuotas).

Poco más de un centenar de barcos del cerco integran Acerga, entidad a la que han solicitado su entrada una decena de embarcaciones. Es una flota inestable -y no solo por problemas de estabilidad de los barcos- a la que ni Europa, ni España ni la propia comunidad de Galicia dan soluciones para lograr esa deseada estabilidad socioeconómica. Una flota que busca su futuro prácticamente al margen de los estamentos marítimo-pesqueros del país gallego en el que la insolidaridad es la más evidente solidaridad en el mar. "La Consellería parece que quiere arruinar al sector de cerco", ha dicho el presidente de los cerqueros. Tal vez porque quiere seguir los pasos de Bruselas y de Madrid, ignorantes en grado máximo de lo que el cerco significa para la comunidad gallega. La mayoría de esos 140 barcos de cerco se quedan sin cuota; pero los cerqueros de mayores dimensiones que no consumen su cuota y llegan a fin de año con esta en vigor son incapaces de demostrar su solidaridad y ceder a quien no tiene lo que a ellos les sobra. Pero Acerga no da marcha atrás. Lo dijo en la entrevista realizada por Pilar-Aymara al presidente de la asociación, José Blanco. Y en este no recular, Acerga pondrá a disposición de la entidad sistemas propios de subasta y venta de sus capturas.

Se podrá comprobar su efectividad a partir del 1 de enero de 2019, cuando los cerqueros le digan sin disimulo alguno a la Consellería do Mar: "Aquí estamos otra vez".