La normativa impulsada y aprobada por la Unión Europea que obliga a la flota comunitaria a descargar en puerto todo el pescado que capture -que prohíbe que las embarcación devuelvan al mar los especímenes que no lleguen a la talla mínima o las especies de las que no tengan cuota para pescar- entró en vigor el pasado 1 de enero, aunque en ciertos puntos el sector sigue con incertidumbre a la hora de aplicar la norma. Por el momento, ya que apenas pasó un mes y medio desde el inicio del año, no tiene mucha incidencia porque hay cantidad disponible de pescado para que la flota pueda faenar sin problemas. Las inquietudes que recorren al sector no solo tienen que ver con los posibles efectos que tendrá la obligación de desembarque a medida que cierren algunas pesquerías, sino también cómo controlar lo que se captura.

"El principal problema es que no definieron qué es en sí un descarte, tendrían que concretarlo para ver si se refieren a recurso muerto, a alevines, a especies que estén fuera del Total Admisible de Capturas (TAC) o que no tengan valor comercial", apunta el presidente de la Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia (Asoar-Armega), José Luis Rodríguez. Otro aspecto que destaca el representante de las artes menores es la finalidad de esta normativa: "Si tienes que traer a tierra todo lo que capturas lo que estás haciendo es esquilmar el mar. Si lo que pescas está vivo y lo devuelves el ecosistema no sufre daño", manifiesta Rodríguez.

El presidente de la Federación Provincial de Confrarías de Pescadores de A Coruña, Daniel Formoso, señala que el mayor problema que puede traer el descarte 0 es el amarre de la flota. "Es algo que está ahí, pero no se sabe qué va a pasar. Además es un problema que se acentúa en las artes menores porque tienen distintas artes de pesca. Hay muchas dudas en torno a la normativa", sostiene Formoso. El dirigente de las cofradías coruñesas afirma que están trabajando para encontrar medidas que puedan paliar los posibles efectos y evitar que los pesqueros tengan que amarrar.

Otro segmento que lo va a tener complicado es el arrastre, ya que es otra arte multiespecífica. "Los arrastreros capturan diversas especies, por lo que es muy difícil de aplicar porque por ejemplo si se acaba la cuota de jurel, pero puedo capturar gallo o merluza y no me dejas porque acabé el cupo de jurel no tiene sentido porque de las otras especies sí que tengo cantidad", expone el secretario xeral de la Organización de Productores Pescagalicia-Arpega-OBarco (OPP-31), Torcuato Teixeira, que añade que la norma estaba pensada para una pesquería monoespecífica, pero se aprobó por "presiones políticas de la anterior comisaría de Pesca -María Damanaki- que ahora trabaja para las ONG".

El representante del arrastre coruñés afirma que la Comisión Europea "no sabe qué hacer, está perdida" y que la norma lo único que conlleva son "más problemas y burocracia para los pescadores".

Formoso indica que a raíz de esta ley aprobada desde Bruselas la pesca es la que acabará pagando las consecuencias. "Los que tenemos los problemas somos los que trabajamos de esto. En Europa no saben cómo se trabaja en el mar. Es algo que se hizo mal desde el principio", asegura el también patrón mayor de la cofradía de Muros.

La Secretaría General de Pesca está pendiente de desarrollar una orden ministerial (que se espera para marzo) en la que se "articularán todas las dudas sobre cómo se van a aplicar las obligaciones y las flexibilidades que están en el reglamento comunitario", observa Teixeira.