El décimo mes de la campaña del pulpo „que se inició el pasado 2 de julio„ deja unos números que mejoran los registrados durante el mismo periodo del pasado ejercicio. Las descargas de este cefalópodo en los puertos de Galicia aumentaron un 44% ya que se alcanzaron las 2.157 toneladas por las 1.502 toneladas que se desembarcaron el anterior ejercicio en la comunidad. Como consecuencia de este incremento de la cantidad de la especie subastada en lonja, los ingresos también mejoraron con respecto a 2018. Hasta el 2 de mayo, los centros de primera venta gallegos facturaron 18,6 millones de euros, un 31% más que hace un año (14,2 millones), según los datos provisionales de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar.

Al haber una mayor oferta del recurso, el precio medio del mismo se vio reducido hasta los 8,7 euros el kilo por los 9,5 euros el kilo que marcaba el pasado año (un 8,4% menos). A pesar de lo que dicen los números, el sector no está del todo contento con los resultados de la campaña. "El tiempo no está ayudando. Abril fue un mes malo para poder trabajar. Se produjo un descenso importante de capturas porque apenas se pudo salir a faenar", lamenta el presidente de la Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia (Asoar-Armega), José Luis Rodríguez.

"Desde nuestro punto de vista como pescadores tenemos que hacer un balance biológico y económico. Por eso mismo decimos que no es una campaña para echar cohetes porque tanto el año pasado como el anterior fueron pésimos, por eso este aumento de descargas e ingresos no tiene tanto valor", matiza Rodríguez. Lo que sí celebra el representante de las artes menores es la presencia de cría del pulpo de diferente tamaño en el mar.

Para el sector el precio alto que registró el cefalópodo a lo largo de estos meses "indica que no hay mucha abundancia de la especie, que no hay cantidad suficiente". En este sentido, los pescadores prefieren que los precios sean más bajos, pero que haya más pulpo en el mar. "Para nosotros lo más importante es el recurso, la producción que hay y lo que puede quedar para la siguiente campaña. Después estaría el apartado económico porque en realidad vivimos de las capturas", señala el representante de la flota artesanal.

La pesca de este cefalópodo se cerrará a partir del 17 de mayo. Entre ese día y el 1 de julio la especie estará en veda. Este periodo fue acordado entre el sector y la Consellería do Mar. Por tanto, a partir del 17 de mayo las embarcaciones de artes menores que se dedican a la captura del pulpo tendrán que dedicarse a otras especies.

Falta de descanso

El presidente de Asoar-Armega lamenta que no se haya realizado „ni hay vistas a que se haga„ una parada biológica de la especie para darle "descanso al pulpo como sí se hizo en el País Vasco". Este tiempo no solo ayudaría al cefalópodo a recuperarse, sino que también serviría para realizar trabajos de investigación. "Mientras se podrían hacer estudios y pruebas para ver si hay alevines, en qué zonas y ver qué le afecta a la especie para poder conseguir un equilibrio", sostiene Rodríguez.