La flota del cerco gallego, formada por 150 unidades, decidió establecer un tope para las capturas de jurel durante todo el año. Tras una reunión celebrada ayer en la sede de la Federación Galega de Confrarías, los patrones mayores decidieron por mayoría limitar la pesca a 750 kilos por tripulante y día. Pese a que el acuerdo no fue unánime, la medida afectará a todo este segmento ya que ante la escasez de otras especies el jurel se convierte en el principal objetivo del sector, sobre todo a partir del verano, cuando se espera que se la sardina entre en veda.

Al encuentro en Milladoiro acudieron los patrones mayores de las cofradías que cuentan con asociados de la flota de cerco. Durante la votación se acordó esta medida, que tiene como principal objetivo preservar el cupo disponible y, de igual forma, el caladero en sí. "Es la especie que nos queda para ahora y para el futuro", señalaba ayer uno de los patrones que acudieron al encuentro. Junto a ello el límite de 750 kilos por tripulante enrolado y día también servirá para mantener un nivel de precios aceptable al no inundar el mercado con la especie.

El jurel es desde hace años el principal recurso de la flota. El plan de gestión de la sardina acordado por España y Portugal redujo las posibilidades de pesca a su mínimo histórico (con solo 10.800 toneladas para ambos países), lo que se suma a la escasez de caballa por la multa por sobrepesca de 2009 y a las dificultades para capturar anchoa (en la zona al sur de Fisterra la flota gallega solo tiene un 1,14% de la cuota total y se ven obligados a comprar cupo a Andalucía). El sector también recuerda que el otrora salvavidas del cerco, el cabalón, desapareció. Tras irrumpir con una fuerza inusitada en 2017 (con más de 53.000 toneladas descargadas) sus capturas fueron decayendo. El año pasado cayeron un 56,5% y en lo que va de 2019 han vuelvo a reducirse otro tanto (53,6%).

La flota gallega descargó en lo que va de año 7.100 toneladas de jurel, según la Plataforma Tecnolóxica da Pesca. Las capturas fueron realizadas tanto por el cerco como por el arrastre y alcanzaron un valor de 7,8 millones de euros.

Por otro lado, el cerco ya sale a faenar con la sardina entre ceja y ceja. Las festividades, como San Antonio en Portugal o San Juan la próxima semana, avivan al sector al aumentar los precios. Sin embargo, esperan que en las próximas semanas suban todavía más. "La especie se está pescando de norte a sur", comentan fuentes de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga).

Mientras, el sector del xeito continúa peleando por conseguir más cuota de sardina de cara al verano. Las negociaciones para una cesión de 20 toneladas por parte del cerco siguen en marcha, pero la dificultad radica en que al ser un cupo compartido van a necesitar del visto bueno de la flota de todo el Cantábrico Noroeste. El sector consumió casi la mitad de las 65 toneladas de las que dispone y teme no llegar a mediados de julio.