La Comisión Europea tiene una evidente querencia por la industria española a la hora de realizar auditorías. Solo para este año ha programado once, solo por detrás de las 17 planificadas en Italia. La Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria (DG Sante) ha culminado ya la reválida al sector atunero gallego, sobre el que „junto con Murcia y Andalucía„ realizó un intenso examen en 2017 que amenazó con poner punto y final a un segmento de negocio de 1.200 millones de euros y cerca de 2.000 puestos de trabajo. Amagó con prohibir la comercialización de atún congelado en salmuera para el consumo humano directo „sin destinarlo únicamente a la conserva„, un órdago que pararon juntos la Administración y el sector, que ha tenido que hacer copiosas inversiones. "Tendremos los resultados de la auditoría el día 25, que tenemos reunión en la Aesan" (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición), asiente el secretario general de Anfaco-Cecopesca, Juan Vieites. "Parece que no han encontrado grandes problemas", indica.

Detrás de la investigación existían sospechas de una especie de enriquecimiento ilícito: el atún vendido directamente, sin pasar por la conserva, es más rentable para las empresas. "El atún en salmuera está desplazando a productos a base de atún fresco o congelado" de flotas artesanales o industriales extranjeras, grandes proveedoras de países como Alemania y Francia (con siete y ocho auditorías programadas para este año, respectivamente). Los armadores han tenido que redoblar el gasto en equipamiento a bordo para ceñirse a las recomendaciones de la DG Sante, misma institución que ha admitido en reiteradas ocasiones la falta de control sobre flotas de terceros países. La última, en el examen realizado a la flota que opera en Ghana. Según sus propios datos, de los diez casos de histaminosis detectados en lo que va de año por el Sistema de alerta rápida para alimentos y piensos (Rasff, Rapid Alert System for Food and Feed), cinco se produjeron con materia prima de estos terceros países: Ecuador, Vietnam, Maldivas, Tailandia y Omán. ¿Por qué histaminosis? Porque ésta aparece cuando los alimentos no se conservan a temperatura adecuada.

Y el riesgo de esa histaminosis es lo que a punto estuvo de terminar con el uso del atún en salmuera para consumo directo. Por ley, el atún congelado mediante este proceso solo debe destinarse a consumo directo si la congelación se realiza como mínimo a -18 centígrados. Por debajo de este umbral su utilización queda limitada a la industria conservera. La DG Sante mostró reticencias al entender que nadie garantizaba que, en efecto, la flota congelaba a esas bajas temperaturas. "Las actuales medidas para abordar y ofrecer garantías están basadas, en gran parte, en autocertificaciones de los productores. Para la flota española, este sistema no es sólido", replicó en el informe oficial. "Ahora „continúa Vieites„ ha permitido la congelación dual" para consumo humano con libre venta. ¿Qué significa esto? La posibilidad de iniciar la congelación en salmuera y complementarla con frío seco. Siempre con el objetivo de llegar a la espina con esos -18 grados. Este requisito no figura en ninguna de las auditorías realizadas por la DG Sante a otros países, al menos desde el año 2010.

La amenaza comunitaria impactó de frente contra una flota renovada y que cuenta con la certificación de la Dirección General de Marina Mercante conforme tiene capacidad para congelar como mínimo a menos de 18 grados. El Txori Zuri, construido por Astilleros de Murueta, alcanza los -21 centígrados; o el Albacora Dos, hecho en Hijos de J. Barreras, con casi idénticas características de congelación. Cuando el pescado se sube a bordo se introduce en cubas con una solución de salmuera sódica enfriada previamente a -18 mínimo, que se retira una vez llena la cuba, y tras lo cual se mantiene en régimen de seco por debajo de los 20 grados bajo cero. La flota artesanal y de terceros países, que abastece a los países denunciantes, tiene una edad media de 40 y no dispone de esta capacidad de congelación.