Tras el apresamiento por Irlanda de los palangreros Virxe da Blanca, de Burela, y Mestre Mateo, con armador de Ribeira y pabellón portugués, las autoridades irlandesas han procedido a la detención del arrastrero vigués Río Mau, hecho que pasó el 11 de septiembre. El pesquero fue retenido cuatro días, con su tripulación a bordo, en Castletownbere sin una explicación convincente en torno a los motivos que condujeron a la toma de tal decisión.

La aprehensión, según fuentes del sector citadas por el BNG, revela un proceder "dudoso". Las propias autoridades locales reconocen que hubo un error "a la hora de estimar las capturas de rape y gallo" halladas en el buque. Sea como fuere, son tres apresamientos de barcos gallegos realizados en lo que va de año. Y esto levanta ciertos temores a que, en las circunstancias políticas actuales, se repitan hechos y circunstancias ya vividos en aquellas aguas, con los mismos protagonistas y con idénticos resultados: barcos gallegos perseguidos y detenidos por patrulleras irlandesas.

Ante este planteamiento, el BNG pretende, a través del Parlamento, que la Xunta inste al Gobierno central a que se implique en este asunto y solicite una inmediata petición de aclaración sobre lo acontecido con el arrastrero vigués y para que se investigue si es un hecho discriminatorio atendiendo a criterios de nacionalidad o si, por el contrario, este modo de proceder de las autoridades irlandesas se aplica a otras flotas de estados de la UE.

Para el BNG las presuntas infracciones no pueden ser consideradas como hechos graves, por lo que consideran excesivamente riguroso desviar un barco a puerto, retenerlo e imponerle una sanción elevadísima bajo la amenaza de que, en caso contrario, será un juzgado popular el que resuelva la cuestión en un plazo indeterminado de tiempo (que conllevaría mayores gastos a la armadora). Estas infracciones siempre son detectadas en aguas jurisdiccionales de la UE. Irlanda, por tanto, no tiene un derecho exclusivo sobre ellas. Y la flota gallega realizó un gran esfuerzo social y económico para adecuarla a los recursos. Es gracias a este sacrificio, destaca el BNG, que el área de pesca de Gran Sol mantiene el buen estado de conservación.