La aplicación de unos que se dicen "derechos históricos" a las flotas pesqueras de Euskadi y Cantabria no gusta lo más mínimo en Galicia y Asturias. Todas ellas comunidades autónomas sumamente dependientes, a efectos de la pesca, del caladero nacional Cantábrico Noroeste y, por ende, de los resultados de esos repartos que, una vez adjudicados TAC y cuotas por la CE, redistribuye la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura y Pesca entre las embarcaciones censadas en los puertos gallegos, asturianos, cántabros y vascos. De esa redistribución salen malparados gallegos y asturianos, a los que no se le tienen en cuenta los citados "derechos históricos", que V. P. O. considera discriminatorios pero que se basan, como él mismo recuerda, en los datos facilitados por las cofradías de pescadores de cada provincia "con barcos desguazados y las ventas de los que hemos ido a hacer la costera en Cantabria y País Vasco en general, no con sus barcos nada más" y añade V. P. O.: "Un partido político por y para pescadores, que somos bastantes, y con un par de diputados, haríamos maravillas. En los años 60 ya se hacía en EEUU con el sindicato del Transporte y tenía más poder que John F. Kennedy".

Tal vez tenga razón V. P. O.: solo en tiempos de la II República (y ya en la I) los profesionales de la pesca estaban organizados en sindicatos. Estos desaparecieron, como muchos otros, en la sublevación militar que derivó en la Guerra Civil española. Un sindicato de clase, un sindicato de pescadores per se y de ámbito estatal podría hacer cambiar „y mucho „ el panorama del sector pesquero. En este influyen actualmente las organizaciones empresariales (de armadores) y las cofradías de pescadores en las que, teóricamente, comparten responsabilidades armadores y trabajadores, pero en las que casi siempre presiden los representantes de la patronal, los armadores.

Pero hay más: para J. O., "lo que cuentan son las descargas. Los gallegos venden en negro sus capturas. Vamos, que estas no constan en papeles. Lógico: no tienen ventas. Lo queremos todo: vender y hacer trampas". Y V.V.V. añade: "Los porcentajes de históricos, a la hora de hacer los repartos no son iguales y ni siquiera parecidos, según qué especies. No se usa la misma vara de medir: hay especies como el rape que, a día de hoy, ni siquiera están repartidas".

Se pesca lo poco que nos dejan. Se vende lo que no consta en papeles. Se reclama lo que se considera es justo. Pero nadie deja entrever la verdad de lo que acontece con este sistema de repartos que discrimina.