Hace una década que Adriana Canosa es la directora comercial de Frigoríficos de Camariñas, empresa que forma parte del Grupo Canosa y se dedica a la elaboración y comercialización de pulpo congelado. Actualmente el 70% de la producción se destina a exportación, ya que trabajan con diferentes clientes de cuatro continentes: Europa, Asia (en los Emiratos Árabes), América (República Dominicana y Panamá) y África (Angola). Para aumentar su ritmo de producción decidieron construir una nueva fábrica en Agadir (Marruecos) que esperan que entre en funcionamiento después del verano. Y es que este país africano está relacionado con la empresa desde hace casi 30 años. "Casi el 100% del pulpo con el que trabajamos es de Marruecos", precisa Canosa.

¿Cómo evolucionó la empresa desde su fundación en 1989?

Frigoríficos de Camariñas nació de un proyecto familiar que evolucionó a una empresa estructurada en un holding con otras firmas que pertenecen a Canosa Grupo Empresarial SL. Actualmente dos empresas del grupo son Frigoríficos de Camariñas SL, con la actividad principal de comercio al por mayor de cefalópodos con sede en Camariñas, y Frigoríficos Piñapesca, con la misma actividad pero con sede en Agadir (Marruecos). En el 2010, después de realizar unas fuertes inversiones en la planta de Camariñas con las que pudimos llegar a triplicar la capacidad productiva, conseguimos alcanzar una cuota de mercado que desde entonces intentamos mantener, pasando de comercializar un 30% en el exterior a un 70%.

¿De dónde proviene el pulpo con el que trabajan?

En la actualidad casi el 100% es pulpo de Marruecos. Hace unos años sí que teníamos más producto gallego, pero la escasez en este caladero y los precios desorbitados de los últimos tiempos, nos obligaron a apoyarnos en nuestra propia estructura en el caladero marroquí.

¿Por qué esta apuesta por el pulpo de Marruecos?

Principalmente por la escasez de producto autóctono en referencia con nuestro volumen productivo. Esto, acompañado de dar respuesta a los clientes que demandan el producto con continuidad, nos obligó a apostar por ese caladero en el que llevamos ya casi 30 años.

¿Hay alguna posibilidad de trabajar con más pulpo gallego?

Sí, claro. Esperamos que pronto se recupere el caladero y podamos ofrecer pulpo gallego.

Precisamente estaban construyendo una nueva fábrica en Agadir, ¿cómo avanza el proyecto?

Como pasa en la mayor parte de las obras llevan un poco de retraso, pero esperamos que después de verano podamos estrenar.

¿Qué implica contar con una fábrica más en otro país?

Como todas las fábricas, implica mucha dedicación y si está en otro país más si cabe, por lo que tendremos que dividir las funciones entre aquí y allí. Contamos con un socio local, eso nos facilita mucho las cosas.

¿Contratarán a gente de allí o se desplazará personal?

Sí, principalmente contrataremos a gente de la zona. Nuestra filosofía de empresa es generar riqueza allí en donde nos ayudan a crecer. También se desplazará personal de aquí y viceversa para que ambos equipos generen la sinergia que la compañía persigue: tradición y tecnología para mantener la calidad.

¿Cuántos kilos de pulpo congelado produjeron a lo largo del 2019?

Aún no está todo cerrado, pero en este año natural estuvimos a la altura de 2018: por encima de los cinco millones de kilos. Pero la facturación se redujo porque el precio del producto estuvo más bajo. En 2018 facturamos sobre 42 millones de euros, que bajaron a 32 millones en 2019. Como comercial, mi objetivo principal es incrementar los kilos vendidos. Pero a nivel facturación no es lo mismo que el producto cueste 15 euros que diez. Dependemos muchísimo del coste en origen.

¿Qué objetivos tienen fijados para cumplir en 2020?

La hoja de ruta es seguir creciendo. Pelearnos contra los kilos del año anterior y aumentándolos si es posible. Y este año tendrá que ser posible porque tenemos previsto entrar en algunos países en los que no estamos presentes desde España y que la nueva planta de Marruecos nos permitirá.

¿A dónde exportan el pulpo congelado?

Nuestro principal destino es Portugal. Le siguen Italia e Inglaterra. Después tenemos presencia en casi todos los países de la Unión Europea. En Asia también estamos, en los Emiratos, en América en la República Dominicana o Panamá, incluso llegamos a África ya que exportamos algo para Angola.

¿Cómo es un día a día en su trabajo?

La rutina se resume en contactar con los clientes, negociar ofertas, cantidades, hacer visitas, programar reuniones, asistir a ferias...

¿Asistir a ferias es una parte importante para dar a conocer su producto?

Sí, puedes hacer muchos contactos porque gran parte de las empresas del sector están allí. Y tanto puedes ver a clientes actuales como conocer a potenciales, también evitas muchos desplazamientos. Normalmente son tres días de feria y son muy productivos.

¿Siguen alguna estrategia para promocionarse?

Sí, de forma general, tenemos un programa de asistencia a ferias o eventos profesionales y luego aplicamos una política de ofertas retribuidas en el propio producto.

Producen pulpo bajo el sello PescadeRías, ¿da más valor al producto?

La idea de trabajar bajo el sello surgió porque teníamos varios clientes interesados en comercializar la marca PescadeRías. Así que compramos el producto y trabajamos acorde los estándares de la certificación. La certificación garantiza la procedencia del producto.

¿Cómo funciona la cadena de producción?

Controlamos el proceso desde el origen, desde que se captura, para que llegue al consumidor con la máxima calidad. Lo producimos en continuo donde controlamos el lavado, congelación y el envasado en distintas presentaciones para dar respuesta al cliente en sus diversas necesidades y distribuirlo.