"Un pescado con un sabor suave, fácil de preparar, sin espinas, sin piel, muy socorrido para el consumidor infantil pero también por la gente mayor y además económico". Estas son las cualidades que destacan las grandes cadenas de supermercados de un pescado blanco que está teniendo mucho éxito en los últimos años entre los consumidores gallegos y españoles: la panga.

Este pez de agua dulce, que mide aproximadamente un metro y tiene una forma similar a la del tiburón, procede de Vietnam, donde su cultivo está creciendo de forma imparable en paralelo con la demanda de este pescado en el exterior. La Asociación de Procesadores y Exportadores de Pescado de Vietnam estima que en 2007 la producción de panga alcanzará el millón de toneladas y durante el año pasado, las exportaciones se situaron en 286.000 toneladas, más del doble que en el año anterior, tendencia que sigue al alza.

Las ventas de panga de este

país asiático se han incrementado en 2006 respecto al año anterior en un 150%, aunque en lo que al valor se refiere, el aumento es ligeramente menor, de un 140%.

El pez se cultiva en cajas flotantes en los ríos o charcas terrestres y tiene una gran capacidad de engorde, lo que provoca que países como Camboya, China, Malasia o Tailandia hayan decidido empezar a cultivarlo.

En lo que se refiere a los principales importadores de esta especie, España es el tercer país del mundo que más panga compra a Vietnam, sólo por detrás de Rusia y Polonia. Según los datos aportados por el consejero económico y comercial de la Embajada Española en Vietnam, Isaac Martín, en los diez primeros meses de 2006 España importó 19.106 toneladas de panga vietnamita, sólo superado en la Unión Europea por Polonia, que compró en ese periodo 21.580 toneladas de esta especie.

La panga se vende limpia y fileteada, con lo que no hay que sacar las vísceras del producto ni raspar las escamas, sino que puede cocinarse directamente. Esta ventaja también supone una mayor facilidad a la hora de comerlo ya que no es necesario apartar las espinas ni la piel, todo el producto es comestible y no se tira nada.

Además, el precio, muy asequible a pesar de ser un producto importado, es otro de los factores que ha provocado que este pescado tenga tanto éxito en los hogares gallegos y españoles. El kilo de panga se sitúa en torno a los 3 euros el kilo, lo que la convierte en muy atractiva para todo tipo de economías, lo que hace que las cadenas de supermercados más importantes del país consideren importante tener este producto en todos sus establecimientos.

"Hace aproximadamente cinco años que empezamos a vender la panga en nuestros hipermercados y actualmente está a la venta en todos los centros de la cadena", señalan desde la cadena de grandes superficies Carrefour.

La mayoría de supermercados gallegos de menor tamaño también disponen de panga en sus pescaderías o zonas de congelados, aunque dependiendo de la zona en que estén situados los establecimientos, urbana o rural, las cantidades disponibles y la aceptación que el producto tiene entre los clientes es distinta.

"Quizás en las zonas rurales este pescado sea más desconocido este pescado pero en las zonas urbanas ya se consume bastante. De hecho, actualmente es uno de los productos de pescadería con mayor volumen de venta en nuestros establecimientos y su consumo sigue aumentando", explican los representantes de la cadena de supermercados Gadisa. "La panga hace que el consumidor gane en comodidad a la hora de cocinarlo porque ya no hay que limpiarlo, sacarle las vísceras ni nada y, además de ser económico, convence a todo tipo de paladares, lo que hace que el consumidor se enganche", sentencian desde Gadisa.

A las facilidades para comerlo se une también, como apuntan desde Gadisa, el sabor. La carne de la panga tiene un sabor suave, similar al del lenguado pero más consistente y más pronunciado. Además, su contenido en grasas es bajo, al igual que su aporte de calorías, con lo que también es un producto saludable.

Otra de las ventajas que ofrece este pescado es que se puede consumir durante todo el año porque además venderse en estado fresco, también se puede encontrar en la sección de congelados.

Isaac Martín considera que los valores de producción de esta especie seguirán creciendo de una forma moderada en los próximos años pero que tendrán que hacer frente a problemas como el uso de sustancias prohibidas en las granjas, que puede obligar a los países importadores a cerrar las fronteras a este producto, o cuestiones medioambientales derivadas de los efectos del desarrollo de una acuicultura intensiva que en el futuro puede limitar su producción. Sin embargo, a pesar de estas dificultades, los expertos consideran que su consumo seguirá aumentando porque "hay gente que aún no lo conoce".