Opinión

Rafael Tapounet

¿Dónde están las directoras?

El Óscar a la mejor dirección vuelve a ser cosa de hombres. Si alguien pensaba que los triunfos consecutivos de Chloé Zhao (en 2021, por Nomadland) y Jane Campion (en 2022, por El poder del perro) iban a imponer una dinámica imposible de revertir, se equivocaba. Las candidaturas de los Premios de la Academia 2023 ponen crudamente de manifiesto que en el camino de la igualdad tras de la cámara queda un larguísimo trecho por recorrer. Ni una sola mujer entre los cinco aspirantes (seis, en realidad, porque Todo a la vez en todas partes la codirigen dos hombres).

Spielberg, McDonagh, Field, Ostlund y el tándem Kwan-Scheinert se disputarán una estatuilla que en 93 años solo ha ido a parar a manos femeninas en tres ocasiones. Kathryn Bigelow fue la primera mujer en conquistar el Óscar en la categoría de dirección. Lo ganó por En tierra hostil, en 2010. Habían pasado 81 años desde que Frank Borzage y Lewis Milestone recibieron sus galardones en la primera edición de los premios, en 1929. En este tiempo, solo siete directoras han entrado en las nominaciones (Campion, dos veces).

La ausencia de mujeres en el quinteto de aspirantes devuelve a los Óscar a tres años atrás, cuando el surcoreano Bong Joon Ho se impuso en un repóquer de tíos. En 2021, la balanza se equilibró un poco con la presencia de Chloé Zhao y Emerald Fennell; dos de cinco y hubo que celebrarlo como un hito histórico. En 2022, Campion fue la única directora.

Este año, nada. Tal vez la cineasta mejor situada para optar a la candidatura era la canadiense Sarah Polley, autora de Ellas hablan, un drama que explora los lazos entre fe religiosa y patriarcado. También han sido relegadas la escocesa Charlotte Wells (Aftersun) y Maria Schrader, cuya película Al descubierto, que aborda el caso de abusos sexuales del productor Harvey Weinstein que desencadenó el movimiento #Metoo y acabó con décadas de impunidad en la industria del cine, ha sido olímpicamente ignorada por Hollywood. Ni una sola nominación.

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