Opinión

Clama, que algo queda

El tiempo digital no es tiempo real. Ni la democracia instantánea es democracia ni la opinión instantánea es opinión ni el placer instantáneo es placer ni el amor instantáneo es amor. Todo está regido por un tiempo, un tempo, una cadencia. No es porque sí, es porque así son los ciclos de la astronomía, la naturaleza y los seres vivos, los fisiológicos, los del pensar, el gestar, el crear, el creer, el idear, los de hacernos cargo de las cosas: unos conocimientos, un aprendizaje, un gozar del arte, un enterarnos. Todo pide su tiempo y la dictadura del instante nos lo quita. La droga del pantalleo, el toqueteo, el zapeo, el megusteo, el narciseo finge acercarnos pero nos incomunica, simula hacernos crecer en una red pero nos atrapa en ella, nos engorda el ego pero nos hace gregarios. Pregunta esperada: ¿Por qué clama en el desierto? Respuesta: porque está ahí.

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