Junts decide en todas las quinielas

Matías Vallés

Matías Vallés

Sorprende la desolación de la derecha ante un triunfo en las urnas menor de lo esperado el 23J, cuando el árbitro único postelectoral es un partido ultraconservador que votó con entusiasmo la reforma laboral de Mariano Rajoy, que llevó a cabo gobernando unos recortes sanitarios que envidiaría Isabel Díaz Ayuso, que promueve la educación segregada con el entusiasmo de Santiago Abascal. Ahora se llama Junts, está teledirigido desde Bruselas y con solo siete diputados sobre 350 ha logrado el poder absoluto que desearía cualquier formación minoritaria. Si todo el mundo vota según los cánones, Junts decide si gobierna Feijóo, si se mantiene Sánchez o si hay que convocar nuevas elecciones. Por su santa voluntad. Además, puede forzar dos mociones de censura infructuosas. Todo ello, hay que repetirlo, con un voto que no alcanza a uno de cada cien españoles.

En la Opción A, el hoy apocado Feijóo se dispone después de todo a embocar la investidura. Le apoyan explícitamente PP, Vox y UPN, tal vez Coalición Canaria no se atreva a desairarle. Se le opone la izquierda innumerable, que no se detalla por falta de espacio, amén del PNV. Todos quedan pendientes del partido conservador Junts. En buena lógica, se desentiende de los populares y los condena al infierno de la proclamación fallida. Y si los independentistas de derechas tuvieran sentido del humor, surge la Opción B consistente en aupar un Gobierno PP/Vox, que excitaría las decaídas expectativas independentistas.

En la Opción C, el gladiador Pedro Sánchez con más cicatrices que centímetros cuadrados de piel afronta la que sería su tercera investidura fallida. De nuevo, reúne a la izquierda y al PNV. En el caso más favorable para los socialistas, Junts tiende el puente levadizo que franquea la devolución a La Moncloa. Si los herederos de Convergència deciden desentenderse, se llega a la Opción D, donde el hoy todopoderoso equipo de Puigdemont condena a unas nuevas elecciones. La encrucijada española es un partido en catalán.

Suscríbete para seguir leyendo