Un minuto

Un tesoro, camino de la playa

José María Echevarría

José María Echevarría

El lunes 21 anduve por Espasante, al norte de la provincia de La Coruña, y allí, camino de la playa me encontré con un regalo precioso: una caja de colores sobre un poste, que pone Biblioteca Municipal de Espasante, y abierto el sencillo pestillo veo 7 u 8 libros a disposición del público, para que se tome el volumen que guste y tener lectura asegurada. Dio la casualidad, pura chiripa, que ese mismo lunes veo en TVE por la noche que la biblioteca Gabriel García Márquez, en el distrito de san Martí de Barcelona, ha sido designada como la mejor biblioteca pública mundial, y me quedo apabullado por los elogios que oigo, por la luminosidad de las salas y las opiniones de los lectores que aparecen en el reportaje televisivo. De todas formas, biblioteca por biblioteca, me quedo con la caja humilde de Espasante, porque me ha conquistado el corazón que allí, en el sendero que conduce a la playa a través de pequeño parque, ofrezcan al público la posibilidad de hojear y quizás leer un libro; para mí, aquella sencilla caja, que a distancia parecía un buzón, era un tesoro que ofrece algo de lo que lo españoles estamos muy necesitados, de leer libros.