Arenas movedizas

Los nuevos superhéroes

Jorge Fauró

Jorge Fauró

Ha nacido en España una nueva generación de superhéroes: los protectores, gente con una autoimpuesta autoridad que se atribuye la capacidad de protegernos a todos. Protegernos de qué. De quién. Montse Tomé quiere proteger a Jenni Hermoso y no la convoca con la Selección. Protección y castigo. La Federación, a través de Tomé, castiga a Jenni Hermoso y no la convoca, la protege, la encierra en una habitación del pánico como si la jugadora precisara de guardaespaldas o de niñera. Es una profesional adulta en el último tramo de su carrera. Hermoso tiene 33 años y se la castiga y convierte en culpable. Montse Tomé es la nueva superheroína con los superpoderes de la RFEF, que protege a las campeonas del mundo. Se bastan solas para cuidarse. Jenni también.

Se nos está llenando el panorama de gente que anda por aquí para protegernos. De qué. De quién. Alberto Núñez Feijóo quiere protegernos del sanchismo, pero una mayoría de electores no se lo ha pedido. Se lo han pedido sus votantes, altamente respetables, pero no la mayoría de los electores, respetables también. Eso es la democracia, que es la que de verdad nos protege de quien se arroga el manto o la capa de superhéroe protector. A Feijóo, a su vez, le han salido protectores del tipo Hermano mayor. Ayuso primero, Aznar después. La presidenta madrileña tiene su propio lema con el que promete protegernos en su papel de superheroína. Comunismo o libertad. 7.291 fallecidos por COVID en las residencias de Madrid también reclamaron protección. En vano.

Ayuso le marca el camino a Feijóo para protegerle. Aznar también. Aznar los lanza a las calles para protestar. De quién. Para qué. Para salvaguardar el castellano que se habla en Valladolid, para protegernos del sanchismo, de los etarras, de Puigdemont, de las amnistías, del procés, del lazo amarillo, de los indepes y de las esteladas. Aznar es futbolero y le susurra a Feijóo por lo bajini una frase futbolera: “Nunca caminarás solo”.

Pedro Sánchez es otro héroe sin capa que promete protección a los desfavorecidos que no llegan a fin de mes, a los jóvenes que no pueden pagar un alquiler, a los parados de larga duración, a las mujeres maltratadas, a los homosexuales que sufren homofobia, a los migrantes víctimas del racismo. Todos estos piden protección. De qué. De quién. De los jefes mal pagadores, de los usureros, del mercado laboral, de los asesinos de mujeres, de los homófobos, de los no soy racista pero. Ahí siguen todos. Cada cual en su papel. Víctimas y verdugos. La ley del solo sí es sí. La clave está en no pedir protección. Si no la pides siempre sale algún paternalista, alguien que quiere protegerte, como a Jenni Hermoso.

A Sánchez, sin pedirlo tampoco, le han salido dos protectores, dos hermanos mayores. Alfonso Guerra y Felipe González están de gira por las emisoras de radio. Alfonso y Felipe on tour 2023. No les cae bien Pedro Sánchez y quieren protegernos de él a los españoles, como Feijóo, como Ayuso, como Aznar, como Nicolás Redondo. De qué. De quién. De la amnistía, del nacionalismo catalán, como si varios de ellos no se hubieran sentado frente a Jordi Pujol a decirle ojos negros tienes.

La clave está en no pedir protección, salvo que te llames Carles Puigdemont. Puigdemont quiere que España le proteja de España. Quiere que el agresor no le agreda y le proteja al mismo tiempo, como el alumno que sufre acoso en el colegio y quiere que el abusón no le pegue y además le preserve de otros abusones; como en las películas de cárceles, como en El Padrino, como en Los Soprano. Puigdemont define la paradoja del botarate que se estila en Waterloo. Botarate: “Persona alborotada y de poco juicio”. A ver cómo se las apaña Pedro Sánchez y su mayoría progresista para protegernos del presidente de la falsa república, que promete apoyos para la investidura sin pedir nada a cambio para los catalanes, para El Prat, para carreteras, para el Corredor Mediterráneo. Pide cosas para él y para unos cuantos lacistas. Pujol al menos se aseguraba el 3%. Y cuando les concedan la amnistía qué hacemos con Catalunya, qué ganan sus desprotegidos ciudadanos. Las instituciones y sus dirigentes han abierto el grifo de paternalismo y han resuelto protegernos. De qué y de quién ya lo deciden ellos. A su superior criterio. A su conveniencia.

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