EDITORIAL

La Orquesta Sinfónica merece un hogar digno

Ensayo d ela Orquesta Sinfónica de Galicia.

Ensayo d ela Orquesta Sinfónica de Galicia. / Víctor Echave

La Orquesta Sinfónica de Galicia constituye, sin duda, la joya de la corona de la oferta cultural de A Coruña. Impulsada en 1992 con Francisco Vázquez en la Alcaldía, la Sinfónica, como la conocen los coruñeses, se encarama en lo alto de un proyecto musical que también cuida la base y la formación, con la orquesta y el coro jóvenes y la Escuela Municipal de Música. Su coste para las arcas públicas no es menor —diez millones de euros anuales, el 75% aportados por Ayuntamiento, Xunta y Diputación—, pero su retorno social es incalculable. Por eso el deterioro del Palacio de la Ópera, hogar de la orquesta, supone bastante más que el precinto de una zona de butacas por unas goteras.

Esas filtraciones no son un problema de ahora. “Los músicos llevan veinte años quejándose” del estado del recinto, señalaba el pasado mes de julio el gerente del Consorcio para la Promoción de la Música, Andrés Lacasa. Dos décadas que han culminado en las lamentables y bochornosas imágenes de unas cintas de plástico impidiendo el paso a una zona del aforo, de falsos techos descompuestos y de cubos en el suelo para recoger la lluvia que cae en el interior del Palacio de la Ópera.

El edificio es una instalación municipal, pero su gestión es privada y, a través de una concesión, recae en la empresa Sociedad para el Fomento y el Desarrollo Turístico, del grupo Comar. El último informe de deficiencias del recinto hecho público, encargado por el Ayuntamiento en 2017, cifraba en dos millones de euros el coste de las reparaciones urgentes y en otro tanto la inversión necesaria para devolver el Palacio de la Ópera al estado original de su inauguración en 1989, hace 34 años. En 2021, la gestora aseguraba haber invertido un millón de euros en el mantenimiento y mejora del recinto en los últimos tres años, los que siguieron al informe municipal, con la renovación de camerinos, butacas, suelos, sistemas de iluminación y climatización, y fachada. En 2020, el Ayuntamiento anunció la sustitución de la cubierta, pero la intervención no ha terminado de llegar. A la luz de las últimas imágenes, las intervenciones acometidas no han resultado ni mucho menos suficientes.

Tanto el Ayuntamiento como la concesionaria respondieron tras la aparición de las goteras que trabajan para “encontrar una solución”. La alcaldesa, Inés Rey, ha admitido que el Palacio de la Ópera “precisa un mantenimiento” y ha anunciado una “actuación de urgencia” para frenar las filtraciones de agua y otra “estructural de mayor calado e inversión económica”, sin concretar tipo de reformas, plazos o presupuestos.

Las goteras han sacado del letargo los postergados planes de mejora del Palacio de la Ópera. Buen momento para acometer un proyecto de calado que dote a la Orquesta Sinfónica de Galicia de un escenario y un lugar de ensayo acordes a su calidad. La formación ha crecido desde su nacimiento en 1992, pero el estado de su hogar, en cambio, ha menguado. No basta ya con tapar goteras o pintar paredes.

Para crecer como orquesta, la Sinfónica precisa la tan demandada concha acústica que mejore el sonido del palacio tanto en el escenario como en el patio de butacas, como han reiterado músicos, directores, críticos y la Asociación de Amigos de la Ópera. Y también demanda el acondicionamiento de la segunda planta para dotar a los intérpretes de espacios de calidad en los que estudiar, dar clase y ensayar.

Son mejoras que beneficiarán a la Sinfónica y a su público, pero también a todos los asistentes a los conciertos y espectáculos de calidad que se programan en el Palacio de la Ópera; mejoras que requieren celeridad para evitar que el deterioro se agrave todavía más.