Robots y emociones
Los niños con espectro autista tienen a menudo problemas para reconocer el estado emocional de las personas. Así, por ejemplo, puede resultarles muy complejo diferenciar una cara feliz de una triste. Para ayudar a interpretar estas emociones investigadores del MIT continúan perfeccionando un robot que interacciona con los niños. Al frente del proyecto está Rosalind Picard, experta en computación afectiva, disciplina que trata de incorporar emociones a las máquinas. El robot empleado usa técnicas de aprendizaje automático. De esta forma puede aprender de cada niño y responder de forma adecuada y personalizada. “En la enfermedad del autismo cada paciente es único y diferente”, sostiene Picard. De ahí surge la necesitad de disponer de estos robots adaptables a cada paciente específico.
- Poner una hoja de laurel debajo de la almohada: la solución que cada vez hace más gente (y con razón)
- Aprobado el nuevo tamaño de las maletas de mano: queda poco para que podamos viajar así
- La bodega de toda la vida: los clientes de siempre regresan a O Carreteiro
- Tres frutas que mejoran tu sueño y te permiten descansar ocho horas del tirón
- Tamara Falcó admite las limitaciones que le ha impuesto su médico de cabecera: "No puedo, me pica
- Ofensiva del Estado contra la Xunta: en una semana pone en duda la validez de cinco normas
- El superalimento que recomiendan cenar tres veces por semana para perder peso y grasa abdominal
- Cómo hacer una tarta de queso Philadelphia para toda la familia: sin horno, rápida, deliciosa y con pocos ingredientes