Un minuto
Mis belenes
Anticipo que en mi casa se montan dos belenes: uno, solo con el misterio en la entrada; y en la sala de estar, el belén tradicional, con ovejas y pastores. Pero es que, además, en este año, anoto un incremento de belenes que me llevan a pensar en un resurgir del sentido cristiano en la sociedad en que vivimos, aunque algunos reflejan la triste actualidad de la guerra en Palestina, como los dibujados por Santy, el genial ilustrador de este diario, con bombas destrozando las viviendas. Especial ilusión me ha hecho volver a ver los escaparates de una promotora inmobiliaria próxima con el espectacular belén que allí ponen, y que recomiendo venir a verlo: calle Posse, números impares. Puestos a elegir, me quedo con el belén de María Pita, menos cacareado que el de la sede de la Comunidad de Madrid, en la Puerta del Sol, que vi el sábado 9 por la tarde, tras media hora de cola, para acceder por un lateral del inmueble, pero el coruñés gana al ser más lineal y familiar con los personajes de nuestra comunidad. De todas formas, lo importante de estas fiestas es montar el belén, idealizándolo con las dosis necesarias de cariño a la Sagrada Familia y al Niño que allí va a nacer, en el interior de cada persona, y que eso se vuelque en los que nos rodean.
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