Al azar

El ocaso de Yolanda Díaz

Matías Vallés

Matías Vallés

Prefiere usted ser vicepresidenta primera del Gobierno de España o presidenta del Banco Europeo de Inversiones, sueldo aparte? Solo para quienes opten por el segundo cargo, ¿cómo se llama el presidente saliente del BEI? Aclarada la superior jerarquía del cargo estatal, queda patente que Nadia Calviño no disfruta de un ascenso, sino de un descenso, la célebre patada hacia arriba. Una vez desalojada la número dos por un número uno que se niega a compartir sus logros económicos, léase el autohagiográfico Tierra firme, hasta las leyes de la inercia imponen que la titular de la segunda vicepresidencia encarnada en Yolanda Díaz se desplace a la vacante superior. Salvo que Pedro Sánchez se saca de la manga a María Jesús Montero, para saltar o asaltar el delfinato desde la cuarta posición vicepresidencial.

La aparatosa deuda de Sánchez con Yolanda Díaz no se sustenta únicamente en su contribución a la supervivencia in extremis del presidente en la Moncloa. Además, la creadora de Sumar ha aniquilado al desquiciado Podemos. Sobre todo, cuesta explicar que Pablo Iglesias coronara la vicepresidencia primera con una aportación similar en diputados, una discriminación que apunta incluso a machismo. Para sortear este riesgo, el puesto lógico de la política gallega no podía ser usurpado por un varón. En todo caso, cuesta valorar si sale peor parada que Calviño. Al más puro estilo franquista, el líder único arrincona a sus dos rivales internas más peliagudas, y además enfrentadas.

Hasta uno de cada cuatro españoles llegó a citar espontáneamente a Yolanda Díaz como la candidata ideal a presidir el Gobierno, pero ya no. El caso y el ocaso de la vicepresidenta segundona se enmascaran en una remodelación con espíritu navideño, porque en apariencia no hay destituciones sino solo nombramientos. La gradación de ganadores a perdedores sigue el orden de Montero, Carlos Cuerpo, Escrivá, Calviño y Díaz, los tres últimos como claros derrotados. Claro que el único protagonista en un Gobierno de Pedro Sánchez es Pedro Sánchez, y esta designación no le ha salido mal.

Suscríbete para seguir leyendo