LA PELOTA NO SE MANCHA

El Dépor, un león en pleno despertar

David Mella

David Mella / LOF

Carlos Miranda

Carlos Miranda

El partido duró cuatro minutos. Lo que tardó el deportivismo en volver a tragarse y colocarse el corazón que se le había salido por la boca en la ocasión de Paredes. Diez segundos en los que todos los demonios hicieron acto de presencia. Otro domingo más de sufrimiento, de penar, aunque la grada estuviese teñida de blanquiazul. Pero no. No iba ser así. Porque algo ha cambiado, porque todo es diferente, porque el Dépor es otro equipo. Tampoco es que hubiese rival. Ni hizo falta que llegase el primer gol para saber por dónde iría el duelo. En cuanto pasó el equipo coruñés del centro del campo y se asomó por el área de la SD Logroñés, se notó quién tenía balas de verdad y quién se debía conformar con la munición de fogueo. Demoledor. Una masacre.

Mella y Lucas fueron los epicentros de un equipo que dejó Las Gaunas hecha cenizas. Todo lo que tocó David lo convirtió en punzante, en desequilibrio. ¿Cuánto vale esa capacidad? Centro al área, remate de Barbero y gol de Lucas al rechace. Disparo envenenado para el 0-2... Y así una y otra vez, una y otra vez, casi en cada acción. Tiene 18 años y empieza a flotar por Primera RFEF. Y eso que juega en la banda que menos le gusta. No solo fueron individualidades. Todo en el ataque del Dépor tuvo ayer más sentido, porque Idiakez pudo disponer por fin del plan que ideó en verano. Mella es la pieza nueva, sí, pero cuando sale reforzado y goleando de Lugo, el vasco imaginaba a su equipo jugando y atacando así. Barbero le da otra dimensión. Disfrutó, por fin, el equipo de un delantero centro de verdad. El almeriense cazó la pelota del 0-1, bajó balones para hacer daño sin necesidad de tejer tanto el fútbol, dio sentido al Lucas mediapunta y a los dos extremos surtidores. La obra inacabada de Idiakez estaba ahí, para goce y disfrute del deportivismo, elevada, sin duda, por el nivel menor de su rival. El Dépor se paseó por Las Gaunas, una sensación extraña, que quizás debería haber sido más habitual esta temporada. A tiempo. A ver ahora quién lo para.