Opinión | Un minuto

Invertir en sanidad

Espectacular ha sido la noticia del niño marroquí de 11 años, de una familia de emigrantes residentes en Barcelona, con una sordera congénita, sordo de nacimiento, que ha recuperado la audición tras una terapia génica realizada en el Hospital Infantil de Filadelfia (USA). No sé más, y las fuentes sean el diario New York Times allá, y el El País, aquí, me merecen confianza y confío en que nuevas informaciones nos desvelen más detalles de esa terapia.

El simple dato de esa curación me basta para apostar porque toda inversión en sanidad es rentable. Llevamos semanas hablando del tema médico, sea porque faltan facultativos, porque muchos marchan al extranjero, por las agotadoras guardias a que se ven sometidos los más novatos, por las elecciones y preferencias de los MIR que van saliendo, por la necesidad vital de los médicos de familia, por el prestigio de los trasplantes en este país, etc. y todo eso nos habla de la preocupación social por la salud, desvelo que indica que debemos aumentar lo que se invierte en sanidad porque, más temprano que tarde, vemos y nos enteramos de nuevas terapias y de pacientes que salen adelante cuando escuchábamos pronósticos que, hasta hace poco, eran sinónimos de enfermos incurables.