Opinión | Un minuto

El sol juró bandera

El sábado 18 de mayo amaneció nublado en el puerto de El Musel, en Gijón. Allí, la fragata Álvaro de Bazán, y el Cantabria, buque de aprovisionamiento en combate, se habían engalanado para el acto de jura de bandera del personal civil asturiano que vivirían así la fiesta de las Fuerzas Armadas. El sol, esquivo por la mañana, se unió espléndido por la tarde al festejo, y largas colas de personas se agolpaban en los muelles para visitar los navíos de la Armada. Aproveché la ocasión de hacer patria, y siguiendo las explicaciones del comandante del Cantabria, me entero que es el 2º barco más grande de nuestra Armada tras el portaviones Juan Carlos I, y que es objetivo prioritario en caso de conflicto armado pues hundido, se privaría de abastecimiento de combustible, municiones y víveres al resto de la flota. Es un barco que puede suministrar gasóleo a dos fragatas colocadas a los lados navegando a 12 nudos por unas generosas mangueras que se extienden desde unos castilletes.

Visitamos los hangares para 2 helicópteros, la enfermería, el quirófano, el puente de mando, donde saludamos a la imagen de la Virgen del Carmen, que nunca falta en nuestros barcos de la Armada; además me llamó la atención otra imagen de Nuestra Señora de la catedral de Sídney (Australia) porque el Cantabria estuvo cedido un año a los australianos, que han encargado un navío similar en astilleros españoles.