Pastillas que ayudan a ponerse morena, prometen acabar con la celulitis, frenan el envejecimiento de la piel o nutren el cabello y las uñas. El mundo de la cosmética se adapta a los nuevos tiempos y las firmas trabajan para solventar cualquier problema de belleza desde dentro del organismo. Con este objetivo bajo el brazo nacen los llamado nutricosméticos, que llegan a las capas internas de la dermis donde se encuentran las células encargadas de renovar la piel. Los farmacéuticos coruñeses alertan de que, pese a no tratarse de medicamentos, recurrir a estos productos sin control puede tener contraindicaciones al no ser compatibles con algunas patologías.

De venta en farmacias y herboristerías pero con fines estéticos, la primera duda que se le plantea al consumidor es en dónde ubicar estos nuevos productos. "No son ni medicamentos ni cosméticos, se engloban dentro de los complementos alimenticios porque están compuestos por minerales, vitaminas, antixidantes o prebióticos", señala la vocal de Dermofarmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña, Margarita Muñoz. "Su función es únicamente la de mantener cierto equilibrio en los componentes de la piel, actuar sobre ella desde el interior", añade.

Un equilibrio que también puede lograrse con una buena dieta. "Los nutricosméticos, en realidad, no son necesarios pero sí recomendables porque a la hora de la verdad nadie realiza una buena dieta", señala Muñoz, quien añade: "Son muy pocas las personas que toman dos o tres piezas de fruta al día, cítricos aparte, o quienes consumen verduras a diario".

Positivos sí, pero con control. "La gente se cree que como no son fármacos, igual que ocurre con las infusiones, puede tomarlos todo el mundo y es un error", sostiene Muñoz. Los farmacéuticos alertan que muchas de estas nuevas pastillas de la belleza contienen lactosa, glucosa o soja, "lo que impide que las consuman personas con intolerencia a alguna de estas sustancias". Pero para la vocal de Dermofarmacia de A Coruña, el principal peligro de estos productos está en el yodo. "Se ha comprobado que algunos de estos nutricosméticos incluían yodo, lo que es contraproducente para aquellas personas que padezcan algún problema de tiroides", señala.

La Asociación Española de Cirugía Plástica también alerta de las consecuencias de sobrepasar las dosis recomendadas. Los médicos piden a los consumidores que consulten el prospecto para ver la duración del tratamiento ya que "la concentración de algunas vitaminas puede ser tan contraproducente como la carencia". Desde esta asociación llegan a señalar que los nutricosméticos sólo tienen efectos positivos "cuando la persona tiene déficit de vitaminas como en épocas de estrés o tras el embarazo".

Pese a todo, los farmacéuticos coruñeses piden cautela ya que aseguran que cualquier contraindicación "viene siempre en el prospecto" y recomiendan que se compren en lugares especializados, donde se pueda consultar con algún profesional sanitario. "El peligro está en comprar este tipo de cápsulas a través de internet pero si se va a un establecimiento farmacéutico siempre encontrará asesoramiento", señala Margarita Muñoz.

Pero la polémica sobre los cosméticos del siglo XXI no gira sólo en torno a sus consecuencias para la salud sino también sobre su eficacia. Las que se anuncian como pastillas milagro para recuperar la firmeza de la piel, presumir de pelo o conseguir ponerse moreno en un tiempo récord, no lo son tanto, según reconocen los propios médicos y farmacéuticos. Quienes crean que con tomar unas cápsulas se van a olvidar de las cremas hidratantes, las mascarillas o la protección solar están equivocados.

"Lo ideal es combinar el tratamiento de nutricosméticos con las cremas porque funcionan mejor", señala la farmacéutica coruñesa Margarita Muñoz. "En el caso de las pastillas antiedad, por sí solas ellas consiguen mejorar la piel, tonificarla, que esté más firme pero para ello hay que seguir echándose cremas hidratantes", sostiene. Otro ejemplo es el de los tratamientos que activan la formación de melamina y prolongan el bronceado de la piel. "Lógicamente tomar estas pastillas no sustituye a la protección solar, hay que seguir utilizándola", resalta Muñoz.

Con sus pros y sus contras, el negocio de los nutricosméticos está en auge. Las mujeres europeas gastan una media de 140 euros al año en cosméticos para combatir las arrugas y la venta de complementos alimenticios maneja ya cifras de 90 millones. "Cada vez hay más gente interesada", reconocen desde las farmacias coruñesas.

Un nueva forma de buscar la belleza exterior desde el interior del organismo. Pastillas que no son peligrosas si se toman con control.