Tras años de continua subida, las agresiones a personal sanitario empiezan a descender. Así lo ponen de manifiesto los datos que la conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera, comunicó ayer y que revelan que los ataques violentos bajaron un 31% en el primer semestre del año en comparación con el mismo período de 2011. Las acciones agresivas contra personal sanitario registradas hasta el momento suman 111. Si bien el dato es bastante alentador, este tipo de comportamientos siguen preocupando al Servicio Galego de Saúde (Sergas) y a la Fiscalía de Galicia, que anunciaron un proyecto de colaboración para facilitar y simplificar el proceso de denuncia por parte de los profesionales.

Durante los primeros seis meses del año se contabilizaron 111 agresiones contra 142 profesionales, aunque solo el 14% de los sanitarios llegó a presentar una denuncia en los juzgados, una cifra que Xunta y fiscalía consideran escasa y que quieren incrementar, precisamente, con el convenio firmado ayer.

En el primer semestre del pasado año hubo 162 casos de ataques que implicaron a 213 trabajadores, lo que supone un 33% más de afectados que este ejercicio. Por su parte, la gravedad de los ataques registrados este año disminuyó y las lesiones que necesitaron una baja médica pasaron de un 6% a un 4%.

El convenio que conjuntamente pusieron en marcha Sanidade y la fiscalía busca "garantizar la protección de los profesionales de la sanidad pública gallega", así como crear un "ambiente de repudio" contra estas acciones. El Sergas habilitará protocolos de actuación para informar y asesorar al personal sanitario sobre los pasos que deben seguir ante un comportamiento de este tipo. Por su parte, el fiscal superior de Galicia, Carlos Varela, se compromete a dar las instrucciones precisas para que se realice un seguimiento exhaustivo en cada proceso. Al mismo tiempo, Varela insistió en que "muchas veces no se denuncia", por lo que ahora se pretende "favorecer" que las víctimas de estas agresiones den cuenta de las mismas.

En 2006 el Sergas activó un Plan de Prevención da violencia laboral para intentar atajar este problema a través de campañas de sensibilización como Eu apúntome ó bo trato. También la fiscalía en ese mismo año reconoció este tipo de agresiones como delito.

En 2010, varias comunidades autónomas y entre ellas Galicia introdujeron un "botón de alarma" en los sistemas informáticos de los centros sanitarios para alertar sobre estos casos. A pesar de esta medidas, las cifras no pararon de ir en aumento hasta este ejercicio cuando la tendencia empezó a cambiar y, por primera vez en muchos años, se advierte un descenso de este tipo de incidentes, aunque Mosquera recordó que "hay que esperar hasta finales de año" para tener datos más globales.

Los trabajadores más afectados por actos violentos son los facultativos en Atención Primaria y los enfermeros en las áreas especializadas. La mayor parte de las agresiones, según la conselleira de Sanidade, se registra en las unidades de salud mental y en urgencias, aunque la casuística es bastante "variada".