¿Deben conocer los cardenales el informe del Vaticano sobre la fuga de documentos reservados antes de proceder a elegir al próximo Pontífice? El ya Papa emérito determinó, antes de su renuncia, que el dosier que recoge la delicada información solo debe ser conocido por el próximo Pontífice. Sin embargo, algunas informaciones periodísticas dan por sentado que, en las primeras reuniones que han mantenido los purpurados, algunos de ellos -y no precisamente segundones- han subrayado la conveniencia de conocer los detalles del Vatileaks antes del cónclave, que previsiblemente dará comienzo la próxima semana.

Según el rotativo italiano La Stampa, los cardenales "de mucho peso" que han solicitado ser informados sobre el escándalo que sacudió al entorno inmediato de Benedicto XVI son el alemán Walter Kasper; el austriaco Christoph Schönborn, arzobispo de Viena; y el húngaro Péter Erdö, arzobispo de Budapest y presidente del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa. Los dos últimos suelen ser incluidos en las quinielas de papables.

Entre tanto, el presidente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, el cardenal Raymundo Damasceno Assis, sostiene que, puesto que el Vatileaks influirá en las votaciones, "puede ser que algunos de los cardenales pidan información sobre el informe confidencial, que se entregará al próximo Papa". Además, los arzobispos de Washington y Chicago, Donald William Wuerl y Francis George, subrayaron al término de la primera de las congregaciones preparatorias que el caso Vatileaks será uno de los argumentos de discusión.

La relatio ha sido elaborada por tres cardenales mayores de 80 años que, por esta causa, participarán en las reuniones preparatorias del cónclave pero no en la elección del futuro Papa. Se trata de Julián Herranz (español), Josef Tomko y Salvatore de Giorgi. El rotativo italiano precisa que el Papa Ratzinger sí dio el visto bueno a que los tres purupurados citados facilitaran a los restantes cardenales indicaciones de carácter general sobre lo sucedido. La misma fuente señala que, en la reunión mantenida ayer por los purpurados, el cardenal decano, Angelo Sodano, abrió la puerta a que el caso esté sobre la mesa, pero sin propiciar que monopolice el debate. Con este fin, dispuso que los tres investigadores puedan ofrecer aclaraciones a sus homólogos, en particular a aquéllos que viven más alejados de la curia vaticana.

A última hora de ayer, sólo faltaban por llegar cuatro de los cardenales electores: el alemán Karl Lehmann; el obispo de Hong-Kong, John Tong Hon; el vietnamita Jean-Baptiste Pham Minh Mân; y el polaco Kazimierz Nycz. Por el momento, no se ha fijado fecha para iniciar las votaciones. Según el portavoz del Vaticano, los purpurados quieren reflexionar "bien" para decidir la fecha. En la mañana de hoy mantendrán una nueva reunión.

Por primera vez en un cónclave, se usarán dos estufas en la Capilla Sixtina: una para quemar las papeletas de las votaciones, y otra de la que saldrá el humo blanco -la fumata blanca-, que indicará al mundo que ya hay Papa, o humo negro, la fumata negra que indica que la Iglesia sigue sin Pontífice.

La Capilla Sixtina, el tradicional lugar de los cónclaves, comenzó ayer a ser preparada para acoger a los 115 cardenales que elegirán al nuevo Papa. Desde ayer quedó cerrada al público y personal de los Servicios Técnicos vaticanos comenzaron a acondicionarla para la reunión.