Científicos de la Universidad de Connecticut, en Estados Unidos, han concluido un estudio en ratones que determina que las galletas de chocolate de la marca Oreo pueden generar una adicción similar a la que causa la cocaína y activa más neuronas que esta en el llamado "centro del placer" del cerebro, el nucleus accumbens.

El estudio, cuyos resultados serán presentados en el próximo congreso anual de la Sociedad de Neurociencia que se celebrará en San Diego, pretendía analizar el potencial adictivo que tienen los alimentos ricos en grasas o azúcares, y por ello tuvieron en cuenta las galletas que más se consumen en Estados Unidos. "Elegimos las galletas Oreo no solo porque son las favoritas de los estadounidenses, sino también porque los productos que contienen altas cantidades de grasa y azúcar cuentan con una publicidad muy agresiva entre la población de menor nivel socioeconómico", reconoció a la BBC Jamie Honohan, uno de los autores del estudio.

Para medir los niveles de adicción utilizaron un laberinto en el que colocaron, de un lado Oreo y del otro una torta de arroz (aperitivo bajo en grasas y azúcares). Y dejaron que las ratas hambrientas eligieran hacia dónde dirigirse en el laberinto y midieron el tiempo que pasaban con cada alimento. "Igual que los humanos, las ratas no sentían mucho placer al comer estas tortas de arroz", añade el profesor Joseph Schroeder, también autor del estudio, mientras que con las galletas actuaban igual que muchos humanos y "las abrían y se comían el relleno primero".

Las ratas recibieron, posteriormente, una inyección de cocaína o morfina de un lado del laberinto, o una inyección de solución salina del otro lado. Los resultados, afirman los investigadores, mostraron que "las ratas que habían quedado condicionadas a comer Oreo pasaron tanto tiempo en el lado del laberinto donde estaba la galleta, como las ratas condicionadas a la inyección de la morfina o la cocaína".

Para medir la adicción, hicieron un análisis de la actividad neuronal en el nucleus accumbens, el llamado "centro de placer" del cerebro, y sorprendentemente las galletas activaban "significativamente más neuronas que la cocaína".