La última huelga de la sanidad gallega contra la política privatizadora de la Xunta recibió ayer una severa réplica por parte del presidente Alberto Núñez Feijóo, que acusó a los sindicatos convocantes de "injuriar" a su gobierno al imputarle prácticas a favor de la empresa privada que "no se ajustan a la realidad" porque "es algo que ni se hizo, ni se hace ni se hará". No se quedó ahí y se señaló como baluarte de la sanidad pública. "Está blindada hoy y mientras yo esté en el gobierno de Galicia", proclamó.

Los recortes salariales, el copago y el proyecto de áreas de gestión fueron los argumentos esgrimidos por cuatro sindicatos para convocar el paro de los pasados lunes y martes, cuyo impacto minimizó Feijóo, que cifró en 3.100 y 3.300 los médicos que, teniendo que acudir a su puesto de trabajo, no lo hicieron.

Tras la reunión semanal del Consello, Feijóo no solo se situó como baluarte de la sanidad, sino que lamentó el sambenito de privatizador colgado a su gestión, recordando incluso la huelga que sufrió durante la presidencia del Insalud en los años 90. En este punto se desmarcó de comunidades como la de Madrid, que sí ha puesto sobre la mesa la gestión sanitaria en manos privadas.

Aunque comparten siglas, las del PP, y Feijóo gusta de afear a Esquerda Unida el papel de IU en Andalucía, el presidente de la Xunta solo respondió por Galicia. "Si alguien quiere defender la sanidad pública, que se ponga de mi lado. Desde luego, yo no estoy detrás de nadie que quiera privatizar la sanidad. Y si en otras comunidades hay determinadas políticas sanitarias, esas no son las de Galicia", se desmarcó.

Feijóo evitó citar a Madrid, pero puso sobre la mesa una diferencia que entiende fundamental, pues la Xunta mantiene la plantilla sanitaria como funcionario o personal estatutario -desde 2009 la Xunta cuenta con 532 profesionales menos en esta rama--, así como la gestión en manos de la administración. Hace unos días, el consejero madrileño de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, propuso explorar un nuevo régimen laboral de esa plantilla, aspecto que luego rechazó su presidente.

El motivo de la huelga descansó en "un tópico ideológico y perjuicio partidista que se aleja de la realidad", en alusión a la asociación entre privatización y siglas PP. "Cuando acabe la legislatura, la sanidad tendrá una calidad superior", añadió antes de asegurar que este mes finalizará la ampliación del hospital de A Coruña y se adjudicarán las del nuevo hospital de Ourense. "Que me digan en qué decisión se ha disminuido la capacidad de la sanidad", retó.

El puente con parte de los sindicatos médicos sigue roto. Los principales convocantes, CESM y Omega, emitieron un comunicado conjunto censurando que la Consellería de Sanidade "no ha mantenido ningún diálogo" para evitar las dos jornadas de huelga y considera que los argumentos ofrecidos por la Xunta "enturbian aún más el ambiente". Los mismos argumentos fueron usados en 2011, pero la reposición de un plus de productividad impidió la huelga un día antes de su convocatoria.