Siempre que decidimos "cuidarnos" pensamos en nuestro peso y nos subimos a la báscula temiendo lo que nos vamos a encontrar, pues seguro que hemos engordado y "toca hacer dieta". Pero el peso no es el único parámetro indicativo de nuestro estado de salud, ni siquiera es el más importante? Nos interesa que conozcas otros que inciden directamente en él, aunque los datos dependerán del método utilizado y, en general, indicamos valores aproximados. Podemos destacar:

-Masa corporal.

El índice de masa corporal se obtiene dividiendo nuestro peso medido en kilogramos por el cuadrado de nuestra altura en metros. Los médicos coinciden en que a partir de 25 ya se considera que sufrimos sobrepeso, por lo que, si rozas esa cifra, debes revisar tu alimentación y hacer más ejercicio.

-Glucemia.

Este índice establece el valor de glucosa en el torrente sanguíneo (unos 70 mg/dl). Si la cifra se eleva por encima de los 125 se entra en hiperglucemia, el indicador más habitual de la diabetes, que se produce por una deficiencia de insulina. Como el estrés puede provocar un aumento de glucosa es conveniente revisarlo en épocas de tensión.

-Ácido úrico.

Se mantiene equilibrado entre 3.5 y 7.2 mg/dl. Por encima de este margen hablaríamos de gota, una enfermedad casi exclusivamente masculina (95%), aunque en las mujeres puede presentarse durante la menopausia. Su aparición se vincula principalmente con la dieta, especialmente con el consumo de alcohol. Además de eliminarlo, hay que limitar carnes rojas, mariscos y vísceras.

-Presión arterial.

Las cifras de la presión arterial más equilibrada son 12/8. El primer número es la tensión sistólica y el segundo, la diastólica. Por encima de los valores de referencia, se produciría hipertensión (que dañaría el corazón, el riñón y el cerebro). Para prevenirla se recomienda beber mucha agua, hacer ejercicio, cocinar con aceite de oliva y tomar fruta y verdura.

-Grasa abdominal.

La relación ideal cadera-cintura es 0.8. Para determinarla, hay que medir la cadera en su punto más ancho y la cintura, y dividir la primera por la segunda. Si la cifra es superior, se recomienda empezar a hacer 30 minutos de ejercicio diario para reducir la cifra y el riesgo para tu salud.

-Tiroides.

Los valores normales de la hormona estimulante de la tiroides oscilan entre 0.4 y 4; por encima de esas cifras podría aparecer hipertiroidismo; por debajo hipotiroidismo. Deben ser tratados farmacológicamente por el médico.

-Creatinina.

Sirve para determinar la función renal. Los valores ideales oscilan entre 0.6 y 1.2 mg/dl. Se recomienda beber abundante agua, comer fruta y alimentos bajos en grasa.

-Transaminasas.

Son enzimas cuyo valor sirve para diagnosticar el infarto agudo de miocardio y el estudio de enfermedades hepáticas o musculares. Para mantenerlas en niveles óptimos se recomienda no consumir grasas ni alcohol.

-Colesterol HDL.

El nivel óptimo del colesterol bueno es de 60 mg/dl. Mantenerse en estos parámetros reduciría el riesgo de sufrir enfermedades del cerebro y el corazón. Sigue una dieta sana consumiendo cinco raciones de fruta y verdura al día y aceite de oliva.

-Colesterol LDL.

El estado óptimo estaría en torno a los 200. Un nivel elevado aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Se recomienda evitar el exceso de grasas animales, como embutidos y quesos grasos para mantenerlo en valores adecuados.

-Potasio.

Un índice ideal de potasio es esencial para la buena función cardiaca. Abunda en los plátanos, las uvas, las naranjas, las ciruelas, las pasas o el melón y los vegetales de hojas verdes. Inclúyelos en tu dieta porque resultan muy sanos.

-Hierro.

Con niveles de entre 60 y 170 estás en buena forma. Si son más bajos, se considera que puedes presentar anemia, que puede producir cansancio, dolores de cabeza, mareos y falta de concentración. Deberías reforzar tu dieta con carne y legumbres, y tomar suplementos de hierro pautados por el médico.

Son muchos los datos importantes que deben ser considerados y valorados siempre por el médico. Si él considera que es necesario, solicitará un análisis de sangre y orina completo para determinar los parámetros de su interés. No intentes descifrar tú lo que pone porque son factores que solo un profesional puede valorar. Una modificación pequeña no tiene que significar necesariamente una patología, por lo que debes esperar a que él estudie los resultados y te dé un diagnóstico concreto.