Apuesta por el método de indagación y por trasladar los conceptos teóricos al mundo real para hacer más atractivas sus clases y lograr que a sus alumnos les entre el gusanillo por el mundo de la ciencia. José Manuel Viñas, profesor de Ciencias en el IES David Buján de Cambre, tiene claro que los alumnos "no pueden ser un elemento pasivo" en clase. "En una generación que ya no ve la televisión como hacíamos nosotros sino que decide qué ver y cuándo, que no hace deporte sino que se marca retos, el profesor debe plantear retos y problemas porque estos jóvenes serán los futuros dirigentes del país, de las empresas y deben saber resolverlos", señala.

Para lograrlo recurre a diversas herramientas. Por una parte, anima a sus alumnos a desarrollar ellos mismos pequeñas investigaciones científicas con las que participar en ferias o concursos escolares o a formar parte de la llamada "ciencia ciudadana", es decir, colaborar de forma voluntaria en un proyecto científico que se está desarrollando a nivel mundial. "Por ejemplo, hay un proyecto que consiste en cámaras instaladas en el Pacífico norte que graban las 24 horas y que después realiza capturas de un minuto en donde los alumnos deben explicar los ven (dos peces, etc.). A medida que realizan más visionados, el nivel de dificultad es mayor. Es algo que les mando para casa y que aunque parece un juego, aprenden con él", explica Viñas, quien recuerda que uno de sus grupos de alumnos acaba de ganar el segundo premio de la Exporecerca Jove de Barcelona con un trabajo sobre cómo afecta mascar chicle a la concentración de los jóvenes. "El premio consiste en exponer esta investigación en un congreso de ciencia que se realizará en Brasil", señala Viñas, quien también recurre a laboratorios virtuales para impartir sus clases.

Todo ello sin olvidar la teoría que, asegura, también es importante. "No hay nada de malo en explicar la lección, tampoco se puede ir totalmente en contra de las clases magistrales porque además son muchas veces los propios niños lo que demandan que les expliques tres o cuatro conceptos", señala Viñas, quien recuerda que el fin último de una clase es que los alumnos aprendan los contenidos marcados. "Siempre diseño el tema a impartir teniendo en cuenta que aunque se haga de una forma divertida, los alumnos deben adquirir los conocimientos y adquirir habilidades", sostiene, tras resaltar que usar un método alternativo al convencional no significa "que se reduzcan los contenidos a dar".

Viñas tiene claro que este modo de enseñanza es el que consigue despertar mayor interés entre alumnado, pero reconoce que obliga a la formación continua del profesorado y a invertir "mucho tiempo" en preparar cada clase. Algo que Viñas realiza encantado con tal de transmitir su pasión por la ciencia a sus alumnos. "Se necesitan vocaciones científicas", sostiene.