La Opinión de A Coruña

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Escritora francesa, autora de ‘La única’, biografía de la actriz María Casares

Anne Plantagenet: “De haber hecho más cine que teatro, la figura de María Casares no estaría hoy tan olvidada”

“Era intensa y generosa, y un poco cruel; era la forma de protegerse del sufrimiento y la pérdida de quienes quería”

Anne Plantagenet, autora de la biografía de María Casares. | // PATRICE NORMAND

María Casares y Albert Camus mantuvieron una relación de amor a lo largo de 15 años, un vínculo intenso que recoge la correspondencia íntima de más de 800 cartas que se escribieron entre 1944 y 1959, publicadas en un volumen en Francia. Estas misivas fueron el detonante de La única (Alba Editorial), la biografía de la actriz coruñesa exiliada en Francia en la que profundizó su autora, la escritora Anne Plantagenet. Ella es una de las dos protagonistas de la cita del mes de marzo del ciclo de conferencias María Casares. Do exilio ao escenario, programada el próximo miércoles en el Museo de Belas Artes con el título Coraxe e desvergonza; la completa Lluís Pasqual con Espectador privilexiado.

¿Qué le motivó entrar en la vida de María Casares y querer contarla?

La lectura de su correspondencia con Albert Camus, publicada en Francia hace unos cinco años, que se está traduciendo al castellano. Me fascinaron esas cartas, sobre todo la voz de María Casares, de quien sabía muy pocas cosas más allá de que había sido una gran actriz trágica de origen español. Me interesó tanto esta mujer que tuve la necesidad de investigar, de saber más sobre ella.

¿Qué contienen esas cartas?

Muchos detalles de la vida cotidiana, de ambos. Al leerlas parece que están vivos. Se encontraron en 1944 en París, en la guerra, y al principio vivieron una relación de unos meses. Él estaba casado y siguió casado toda su vida. Ella era entonces muy joven y no quería estar con un hombre casado, por lo que interrumpió la relación. Cuatro años después, se reencontraron por casualidad y su relación ya fue más cercana, con amor inmenso, con muchas cartas. Pero sus vidas eran muy distintas y a menudo estaban separados por sus compromisos personales y profesionales.

Hasta la muerte de Camus.

Hasta el final de su vida, él se relacionó con otras mujeres. En la última carta que le escribe a María, creo que el 28 de diciembre de 1959 desde su casa en la Provenza, donde estaba con su familia, le pedía verse en París a comienzos de año, pero ella la recibe un día después de su muerte.

¿A qué fuentes recurrió para conocer su vida?

No hay muchos libros sobre María Casares, leí los que pude encontrar. Vi sus películas y contacté con el entorno de la casa de María Casares en Charente, donde vivió hasta su muerte, y que ahora es una residencia de artistas. Pasé mucho tiempo allí, hay documentos muy interesantes.

¿Cuánto tiempo invirtió en esta biografía?

La investigación, un año. Y la correspondencia, que ya es muy larga, la leí dos veces. Suelo tomarme mi tiempo para empezar a escribir. Tenía muchos elementos y había que darles orden. Cuando encontré la manera de tejer todo, la escritura me llevó cuatro o cinco meses. Volví a la casa de Charente porque me invitaron a escribir allí y dormí en la habitación de María, en la que murió, con los espíritus benévolos.

¿Qué le fascinó más de la persona de María Casares?

Hace tiempo que escribo sobre el exilio, yo misma soy hija y nieta de exiliados. No es una casualidad mi encuentro con Casares. También he vivido en España y tengo vínculos con Argelia, de donde viene Camus. Me interesaba relatar cómo nació María Victoria Casares Pérez en A Coruña y cómo murió María Casares, actriz francesa. Su camino de mujer libre e independiente que tuvo que superar dolores y derrotas para construirse.

Camus la llamaba “la única”. Para usted, ¿en qué era única?

Única en el escenario. No tuve la suerte de verla, pero todo el mundo dice que era una presencia fascinante en su manera de hablar, de moverse, de encarnar sus personajes. Hoy no se puede actuar como actuaba ella, no estaría de moda, era de una manera fuerte, exagerada. Así, “única”, la llamaba Camus, aunque eso es algo ambiguo porque él tenía más de una amante. En todo caso, ella era única para él, tenía un lugar reservado para ella en sus sentimientos.

¿Qué huella dejó como artista y en otras personas?

Como artista, me parece que hoy en Francia, en el mundo del teatro, sigue teniendo influencia en los jóvenes actores y actrices. Fue un modelo que no pierde impacto en el teatro. Como persona, era muy intensa en las amistades y el amor, no solo en el escenario. Podía ser muy generosa pero también muy dura, exigente, injusta. Había siempre mucha gente a su alrededor, por ser famosa. Podía mostrarse un poco cruel, pero pienso que era una manera de protegerse del sufrimiento y de la pérdida de los seres más queridos.

¿Merecería ser más recordada y apreciada?

Desde luego, si no no hubiera escrito el libro. Salvo cinéfilos o aficionados al teatro de cierta edad, incluso en Francia está olvidada. La publicación de la correspondencia con Camus despertó el interés. Creo que es normal porque el teatro es un arte efímero, al actor se le olvida cuando ya no se representa la obra. En cambio, el actor de cine perdura. Ella siempre prefirió el teatro al cine, pese a haber aparecido en películas importantes como Los niños del paraíso y títulos de Jean Cocteau. De haber hecho más cine, su figura no estaría tan olvidada.

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