La Opinión de A Coruña

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La actual gripe estacional puede ser vestigio de la gripe de 1918

Un análisis de muestras de enfermos de aquella época, conservadas en Austria y Alemania, sugiere un parentesco entre ambos virus

Una mujer estornuda sobre un pañuelo de papel. | // LOC

El virus de la gripe estacional podría ser un vestigio del patógeno que en 1918 desencadenó la gran pandemia del siglo XX. O, dicho de otra manera, el microorganismo que provocó la (mal llamada) gripe española podría haberse convertido, con el paso del tiempo, en el virus que año tras año provoca una epidemia estacional de gripe. Al menos esta es la hipótesis que defiende un equipo internacional tras rescatar un puñado de muestras de pacientes que enfermaron hace un siglo, descifrar el genoma del virus que se enquistó en sus pulmones y trazar la posible evolución del patógeno hasta nuestros días.

Este ejercicio de “arqueología viral”, publicado ayer en la revista Nature Communications, ha permitido viajar atrás en el tiempo para explorar con herramientas genéticas una época que hasta ahora solo se había estudiado a través de los registros históricos. Para averiguar cómo era el virus que causó la gripe española y cuáles fueron los efectos de su infección, el equipo científico liderado por Sébastien Calvignac-Spencer indagó en los registros históricos de varios museos de Alemania y Austria, localizó una docena de muestras de pulmón recolectadas entre 1901 y 1931 (de las cuales al menos seis coinciden con los años críticos de la pandemia del siglo pasado) y reconstruyó el genoma del enigmático virus que hace justo un siglo infectó el mundo.

El análisis de estas muestras, hasta ahora almacenadas en las estanterías de un museo, no solo ha permitido adentrarse de una manera inédita en el genoma del microorganismo que hace cien años causó entre 50 y 100 millones de muertes en todo el globo; también ha ayudado a trazar la posible evolución de este virus a través de las décadas. Gracias a una técnica conocida como reloj molecular, que permite deducir las divergencias genéticas de una especie en el tiempo, los científicos han concluido que “todos los segmentos genómicos de la gripe estacional H1N1 podrían descender directamente de la cepa pandémica de 1918”. Es decir, que todo apunta a que la actual gripe estacional es hija, o mejor dicho bisnieta, de un virus pandémico del siglo pasado.

Según explica el epidemiólogo Javier del Águila, la evolución de los virus (como de cualquier otro ser vivo) es algo natural. Solo hace falta recordar cómo el coronavirus responsable del COVID ha mutado y ha generado una batería de variantes en tan solo dos años. En este sentido, pues, no sería descabellado pensar que un virus tan letal como el de la gripe española se transformara con el paso de los años en algo mucho más leve como el patógeno que provoca la gripe estacional. Eso sí, puestos a hacer paralelismos con la crisis sanitaria del COVID, y el futuro de este coronavirus, Del Águila recuerda que no todos los virus evolucionan hacia formas más leves. Solo el tiempo, la evolución y el azar dirán hacia dónde va el patógeno que protagoniza la actual pandemia.

Esta conclusión, lejos de presentarse como un punto y final en este debate viral, se mueve en el terreno de las hipótesis. En el ágora de discusión donde la comunidad científica monta y desmonta teorías en función de cómo avanzan las evidencias. “Este estudio abre la posibilidad de que la actual gripe estacional venga del virus pandémico de 1918. Y esto, a su vez, contradice la hipótesis más aceptada hasta ahora que planteaba que la gripe estacional venía de un reordenamiento de diferentes virus humanos”, ilustra el virólogo José Ignacio Núñez, investigador del Centro de Investigación en Sanidad Animal (IRTA-CReSA).

Más allá de la pugna entre hipótesis virales, Núñez argumenta que el aspecto más interesante de la recién publicada investigación es “la posibilidad que plantea de volver a estudiar el pasado con nuevas herramientas tecnológicas”. Cuando brotaron los primeros casos de gripe española, en 1918, los médicos de la época ni siquiera sabían qué desencadenaba la enfermedad. No fue hasta la década de los 30 que se confirmó que esa extraña enfermedad que afectaba a decenas de miles de soldados era causada por un virus. Ahora, un siglo más tarde, podemos indagar en el origen y evolución de un virus que causó una pandemia, comenta Núñez.

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