El verano de 2022 será recordado como uno de los peores en toda Europa, con temperaturas fuera de lo normal en la mayoría de los países y una sequía que incluso afecta a las zonas húmedas del continente.

Podríamos pensar que esto es una excepción, algo que pasa una vez cada muchos años, pero la Oficina Meteorológica Británica ha hecho un análisis que demuestra que este calor asfixiante es lo que nos espera.

En concreto, el estudio dice que en una fecha tan cercana como 2035, las altas temperaturas que hemos vivido en estos meses van a ser la norma, y que ya para el 2100, durante el verano habrá cuatro grados más que en la era preindustrial.

Es algo contra lo que no podemos hacer nada

Las investigaciones británicas demuestran que la subida de las temperaturas es algo irreversible, de forma que no podemos hacer nada para evitarlo y solo nos queda adaptarnos.

De hecho, aunque todos los países cumplieran los compromisos de reducción de emisiones, este problema se seguiría dando en verano, y el clima en Europa será extremo en la época estival y fuera de ella.

Parece que hemos actuado tarde contra el cambio climático y aquí están las consecuencias, de modo que solo nos queda seguir reduciendo las emisiones con la esperanza de que, a largo plazo, quizá en el siglo que viene, estas medidas comiencen a surtir efecto.

El acuerdo de París se ha quedado corto

Cuando se ratificó el acuerdo de París, todo el mundo se puso muy contento, ya que se firmaron medidas destinadas a evitar que la temperatura subiese dos grados con respecto a los niveles anteriores a la Revolución Industrial.

Ahora, podemos ver que el acuerdo fue un buen principio, pero que hay que tomar medidas más radicales, pues las anteriores ya están obsoletas y la temperatura no nos va a dar tregua, con todas las implicaciones que ello supone, comenzando por las económicas.