Una técnica experimental consigue alargar un 82% la vida de unas células

Un equipo de expertos retrasa el envejecimiento de unos seres unicelulares | Los científicos reprogramaron su reloj genético para que corriera al revés

Valentina Raffio

El envejecimiento no es más que un proceso natural (y hasta ahora inevitable) por el que los miles de millones de células que componen nuestro organismo van acumulando daños y, finalmente, dejan de funcionar y mueren. ¿Pero qué pasaría si consiguiéramos dar con la clave para frenar estos procesos? Esta es la premisa con la que arranca un estudio científico publicado en la revista Science en el que un grupo de investigadores ha logrado alterar el “reloj genético” de unas células, retrasar su envejecimiento y alargar un 82% más su vida. Esta técnica experimental, según explican sus impulsores, ha logrado establecer “un nuevo récord para la extensión de la vida” a través de intervenciones genéticas y químicas.

La investigación, liderada la Universidad de California en San Diego, tomó como referencia unas células de levadura (Saccharomyces cerevisiae) porque, aunque su aspecto invite a pensar lo contrario, envejecen de forma bastante parecida a las humanas. Según constatan varios estudios previos, existen al menos dos mecanismos principales por el cual las células acumulan daños (y envejecen). Al menos la mitad sufren una disminución gradual de la estabilidad del ADN, mientras que la otra mitad experimentan un declive de las mitocondrias. Esto es lo que, finalmente, las arroja a la vejez.

Una vez identificados estos “mecanismos de deterioro celular”, crearon una copia virtual de las células que envejecían y empezaron a probar diferentes herramientas de ingeniería y biología sintética para frenar su envejecimiento. Una vez dieron con las técnicas más prometedoras, las pusieron en práctica en las células vivas que tenían en el laboratorio.

El método más exitoso fue una técnica experimental basada en “reconfigurar genéticamente” el circuito que controla el envejecimiento celular. Para que se hagan una idea de qué se trata, imaginen que las células funcionan como un reloj. En su estado normal, las agujas de este avanzan a un mismo ritmo y siempre hacia la derecha. ¿Pero qué pasa si manipulamos el funcionamiento de estas manecillas y conseguimos que al menos durante un tiempo vayan en sentido contrario? En el caso de las células, los investigadores lograron diseñar una técnica capaz de invertir cada cierto tiempo el reloj genético de las células para así frenar su envejecimiento.

Ralentizar el tictac

Según explica Nao Hao, uno de los investigadores que ha liderado este trabajo, esta técnica se basa en “ralentizar el tictac del reloj biológico de las células” y no en “forzar un estado artificial de juventud” como habían propuesto otros experimentos realizados hasta la fecha. Gracias a la aplicación de esta herramienta, las células de levadura que habían sido reconfiguradas lograron vivir un 82% más respecto a sus compañeras que envejecían de forma natural.

Se trata de la “extensión de vida más pronunciada observada hasta la fecha mediante modificaciones genéticas”, explican los científicos al frente de este trabajo.

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