“Mi madre intentó suicidarse tres veces antes de la eutanasia”

En Galicia, 17 personas han fallecido con ayuda

Beatriz Marsá, con su bisnieta en brazos. |   // CEDIDA

Beatriz Marsá, con su bisnieta en brazos. | // CEDIDA / patricia martín

patricia martín

Beatriz Marsá Fajardo falleció a los 87 años el pasado 15 de marzo. Su muerte fue “plácida”, en casa de su hija en Lanzarote, rodeada de sus familiares y como ella había solicitado, con asistencia médica. Ha sido una de las más de 370 personas que han accedido a la eutanasia gracias a la regulación que entró en vigor el 25 de junio de 2021.

En 2015, de hecho, cuando ya sufría una demencia leve que había empezado a notar porque no recordaba algunas palabras, hizo un testamento vital donde dejó escrito que si sufría una demencia o una enfermedad incurable y grave, quería que le ayudaran a morir.

“Le preocupaba mucho llegar a depender de alguien, ella había sido una persona muy independiente porque se quedó huérfana con 8 años y como era la mayor de cuatro hermanas, tuvo que actuar como su madre —explica su hija, Natalia Jiménez Marsá—. Con 24 años ya tenía cuatro hijos, todos muy seguidos y, en cuanto pudo, se puso a trabajar en el mundo editorial y tenía claro que no quería ser un anciana decrépita, que dependiera de otras personas”. En el momento de su muerte, Beatriz tenía una demencia de nivel cinco de los siete posibles, por lo que seguía siendo consciente de quien era pero, en ocasiones, no reconocía a sus hijos o sufría alucinaciones que la hacían “sufrir mucho” porque creía que “tenía otra familia y había abandonado a sus hijos”, relata Natalia.

Trató de suicidarse hasta en tres ocasiones desde junio del año pasado. “En los últimos seis meses yo le preguntaba frecuentemente que si estaba segura de querer morir y solo un día me dijo que no quería, el resto estaba convencida”, rememora su hija, que resalta que el equipo médico de Lanzarote que ha participado en el proceso fue “muy cariñoso” y trató a su madre “como un adulto”, pese a su demencia avanzada. “Estamos muy agradecidos”, recalca.

“La despedida fue muy emotiva, la noche anterior vimos con ella una de sus películas favoritas, Vacaciones en Roma, y en el momento de la eutanasia estaba tan convencida, lloramos pero también reímos, fue un lujo, hasta el punto de que yo también voy a hacer un testamento vital para acceder a la eutanasia, si lo necesito en un futuro”, concluye Natalia.

Mil solicitudes y 370 peticiones atendidas, dos años después

La ley de eutanasia cumple esta semana dos años desde que el 25 de junio de 2021 entró en vigor. El balance de aplicación, no obstante, es agridulce. Por un lado, unas 370 personas han accedido a la ayuda a morir entre junio de 2021 y diciembre de 2022, lo que supone “una buena noticia y que era una norma necesaria”, según Derecho a Morir Dignamente, la entidad civil referente en esta causa. Por otro lado, aunque la información ofrecida por las administraciones es “escasa, heterogénea y, a menudo, hueca”, se tiene constancia de que más de 1.000 personas han formulado la solicitud pero no han podido acceder a la prestación por diversos problemas de implementación de una norma nueva, farragosa y que algunas comunidades tardaron en implementar. En Galicia, según la asociación Derecho a Morir Dignamente, han accedido a la prestación de ayuda para morir 17 personas, de ellas ocho en el año 2022. Este colectivo también hace balance de la aplicación de la norma en la comunidad y sostiene que “en estos dos años, la sociedad y los sanitarios recibieron con interés y normalidad la nueva situación”. Eso sí, la entidad lamenta que “en más de una ocasión hubo defectos de funcionamiento con consecuencias muy negativas para las personas, como atrasos en la asignación de médico responsable, en dotaciones del equipo básico, en facilitar el aplazamiento de la prestación, incumplimiento de los plazos previstos, ...” .

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