La Xunta pide a las familias implicarse en la regulación del móvil fuera de las aulas

Educación y padres se reunirán la semana que viene para buscar “un gran acuerdo” | Las Anpas apuestan por formación y no por la prohibición

C.N.

Tal y como anunció Alfonso Rueda este miércoles, la Xunta prohibirá el uso total del teléfono móvil en los centros educativos públicos y concertados a partir de la vuelta a las clases tras las vacaciones de Navidad, no solo en las horas lectivas, como hasta ahora, sino también en recreos, actividades extraescolares o comedor. La medida ha generado posicionamientos dispares entre docentes y familias, que van desde la aceptación al rechazo. Esta semana el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, se reunirá con familias, Anpas y equipos directivos para buscar “un gran acuerdo” sobre el asunto.

Rodríguez defendió ayer la decisión como “pionera” en España y “valiente”. Con ella pretenden que el debate pueda ayudar a “solucionar un problema que tiene la sociedad actual”, por lo que insistió en la importancia de que estén “todos involucrados” en este proyecto. En esta línea, incidió en la importancia que tiene la formación en casa para la educación digital, alegando que no es un problema que se pueda reducir únicamente al ámbito educativo. “Tenemos que involucrar a las familias, ser conscientes de que el móvil es una herramienta muy potente, pero tenemos que regular su uso, educar y en los momentos vinculados al proceso docente limitarlo, porque sabemos que hay la experiencia de que mejora la convivencia en los centros educativos”, sostuvo el conselleiro.

Para la Confederación de Anpas Galegas —que reúne a las federaciones comarcales de A Coruña, Vigo, Santiago, Ferrolterra, Val Miñor, Cangas do Morrazo, A Costa da Morte, Luego y Redondela—, la prohibición no es la solución. Con una postura contraria a la de la Xunta, apuestan por una educación tecnológica que enseñe a los menores a utilizar los dispositivos de forma consciente. “Hay que buscar soluciones, eso está claro, pero no creemos que pasen por la prohibición. Una vez que los niños salgan del centro escolar, cuando lleguen a sus casas, van a volver a engancharse al teléfono y a darle un mal uso”, explica Isabel Calvete, presidenta de la Confederación de Anpas Galegas.

“El caso requiere un estudio serio. Tal vez la solución sea un plan integral de uso de las nuevas tecnologías. La sociedad evoluciona y, desde hace diez años hasta ahora, cambió muchísimo. Los chavales se relacionan a través de los teléfonos móviles y no se pueden dar pasos hacia atrás. Hay que convivir con eso”, sentencia Calvete.

Pese a que en las últimas semanas varias Anoas crearon sus propios manifiestos contra el uso del smartphone y de las pantallas, Isabel Calvete asegura que ellos, como confederación, no han recibido ninguna propuesta formal para debatirlo. “No es lo mismo hablar de la edad de acceso al teléfono que del tiempo que pasan los niños con las pantallas. Hay que diferenciar y analizar la enseñanza digital por una parte y el tiempo que pasan los niños con los dispositivos por otro”, continúa Calvete, adelantando la postura que mantendrán en la reunión del miércoles.