Entrevista | Felipa Jove Presidenta de la Fundación María José Jove

“Lo que nos mueve tras veinte años de trabajo es seguir llegando a las personas”

“En 2024 iniciaremos las Becas de formación en Psiquiatría infanto-juvenil y daremos un salto cualitativo en nuestro programa de prevención de conductas autolesivas en jóvenes”

Felipa Jove, junto al retrato de su hermana María José, firmado por Rafael Cidoncha, que preside el vestíbulo de la sede de la Fundación María José Jove, en A Coruña.

Felipa Jove, junto al retrato de su hermana María José, firmado por Rafael Cidoncha, que preside el vestíbulo de la sede de la Fundación María José Jove, en A Coruña. / CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

“Seguir llegando a las personas, tras veinte años de trabajo, es lo que nos mueve”, resalta Felipa Jove Santos (A Coruña, 1969), presidenta de la Fundación María José Jove, entidad que en 2023 ha celebrado su vigésimo aniversario. Dos décadas de actividad social en favor de la infancia y la inclusión de las personas con diversidad funcional y, desde la pandemia de COVID, también en programas para colectivos cuyas circunstancias vitales han empeorado notablemente. “Creo que mi hermana estaría muy orgullosa de la labor que desarrollamos a través de la Fundación creada en su recuerdo”, considera.

Un año después del inesperado fallecimiento de su hermana mayor, María José, a los 37 años, su familia puso en marcha la Fundación que lleva su nombre. ¿Cómo se gestó el proyecto?

Mi hermana era la vicepresidenta de nuestro grupo empresarial, Inveravante, y era una mujer muy sensible y con muchas preocupaciones sociales. Siempre estaba pendiente de las necesidades de los trabajadores de la empresa, especialmente de las madres con hijos y de las personas afectadas por alguna enfermedad. Por este motivo, cuando ella falleció, nos pareció bonito crear una fundación que llevase su nombre, centrada en la infancia y, posteriormente, también en las personas con algún tipo de diversidad funcional, porque detectamos un vacío en ese ámbito.

¿Cómo lo hicieron?

El primer paso fue desarrollar un plan estratégico para evitar desviarnos de esos objetivos que teníamos tan claros, porque a una fundación como la nuestra le llegan proyectos de todo tipo, muy diferentes, y en ocasiones muy interesantes también, pero que quizás no encajan tanto en nuestra estrategia. Esa hoja de ruta nos sirvió para enfocar si cabe aún más nuestra labor, y comenzamos a trabajar en cuatro grandes áreas —Educación y Formación, Ocio y Tiempo libre responsable, Salud y Arte—, siempre con la misma finalidad: llegar a las personas.

La Fundación María José Jove trabaja, desde hace dos décadas, en favor de la infancia y la inclusión, pero también con programas para colectivos en situación de extrema vulnerabilidad.

A raíz de la pandemia de COVID, detectamos que hay otros colectivos cuyas circunstancias vitales han empeorado notablemente, y esto nos llevó a poner en marcha una nueva serie de proyectos, como Madres, Peques, Norte y Aliados. Estamos muy volcados en todas estas iniciativas, dirigidas a dar apoyo a madres solas con hijos a su cargo; a proporcionar a niños pequeños en situación de riesgo social un adecuado cuidado integral que favorezca su desarrollo físico, social, emocional e intelectual, compensando las carencias derivadas de su situación socioeconómica; a prevenir conductas autolesivas en jóvenes; y a facilitar la integración sociolaboral de jóvenes en situación de riesgo de exclusión social. El paso del tiempo nos exige estar muy en contacto con la sociedad que nos rodea para adaptar nuestra labor a las necesidades que van surgiendo. En este sentido, hemos apostado siempre también por escuchar a los usuarios de nuestra Fundación, porque ellos nos pueden ayudar mejor que nadie a orientar nuestros pasos. Seguir llegando a las personas, tras veinte años de trabajo, es lo que nos mueve.

"La sostenibilidad social es una senda que iniciamos este año, porque nos permite medir lo que hacemos, y esto supone el poder llegar mejor a los colectivos a los que queremos ayudar"

Continuar avanzando y saber si lo hacen en buena dirección les ha llevado a realizar, este año, el primer estudio de impacto social de la Fundación.

Así es. Coincidiendo con nuestro vigésimo aniversario, encargamos a una consultora que evaluase los programas que desarrollamos en 2022, una iniciativa que vamos a repetir todos los años. Es algo bastante novedoso en nuestro ámbito, ya que pocas fundaciones en España elaboran informes de este tipo, y las que sí lo hacen están asociadas a grandes bancos o empresas de otro sector. La sostenibilidad social es una senda que iniciamos este año, porque nos permite medir lo que hacemos, y esto supone el poder llegar mejor a los colectivos a los que queremos ayudar.

Felipa Jove, en su despacho de la sede de la Fundación María José Jove, en A Coruña.

Felipa Jove, en su despacho de la sede de la Fundación María José Jove, en A Coruña. / Casteleiro/Roller Agencia

¿Qué fotografía se extrae de ese informe?

Del primer estudio de impacto social de nuestra Fundación se desprende que, en 2022, desarrollamos 58 proyectos, llegamos a 258.000 usuarios y participantes en nuestras actividades y realizamos 105 colaboraciones con otras entidades. Creemos que esto último es muy positivo, porque nos permite llegar a un público mayor, y hacerlo mejor. De ese informe también se extrae que, el pasado año, la aportación de nuestra Fundación a la parte de arte y cultura de gasto fue de un 7,5% en A Coruña. Además, con nuestros proyectos, un 1,3% de las personas con diversidad funcional de la ciudad vieron mejorada su condición física, lo cual repercute también en una mayor calidad de vida, y nuestros programas de bienestar emocional llegaron a un 12,3% de la población coruñesa en riesgo de sufrir un problema de salud mental. Por otro lado, hasta un 6,8% de los niños españoles que se estima tienen TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) se beneficiarán del proyecto de investigación en farmacogenética y trastornos de neurodesarrollo que llevamos a cabo con el doctor Ángel Carracedo, un porcentaje también importante. Y, en cuanto a nuestros programas de ocio responsable, en 2022 llegaron a un total de 2.682 personas, que representan un 1,1% de la población de A Coruña, y un 6,9% de los niños y jóvenes de esta localidad.

Reivindica el valor de las alianzas en el Tercer Sector.

La colaboración entre entidades es fundamental. Nuestra Fundación apuesta por desarrollar proyectos piloto, a pequeña escala, pero teniendo muy claro siempre que llegan a las personas a las que van dirigidos. Si las iniciativas funcionan, se van afianzando, bien aumentando el número de usuarios o buscando colaboradores. Muchos de nuestros proyectos, de hecho, los desarrollamos con otras entidades.

¿Por ejemplo?

Norte, programa pionero de prevención de conductas autolesivas en jóvenes, lo llevamos a cabo con el Ayuntamiento de A Coruña y con la asociación Participa; Esfuerza, programa único en Galicia de actividad física adaptada, cuenta desde hace años con el apoyo de la Fundación “La Caixa”; en Madres, de intervención familiar y apoyo integral a mujeres solas con hijos, ha entrado la Fundación Iberdrola...

¿Cómo llevan a cabo la selección de los proyectos?

Teniendo muy claro siempre cuáles son nuestros objetivos, evitando repetir lo que hacen otras entidades cercanas y estando muy en contacto con los usuarios y la sociedad que nos rodea. Aunque desarrollamos algún proyecto a nivel autonómico —por ejemplo, el MUV (Museo Virtual), que estamos llevando a colegios del rural gallego; o Madres, de intervención familiar y apoyo integral a mujeres solas con hijos—, en general, la labor de nuestra Fundación se enfoca mucho en A Coruña y su área, y esto también nos ayuda a estar más centrados.

"Los programas de terapia con perros son los que más me motivan porque soy una apasionada de esos animales y creo que hacen muchísimo bien a las personas"

De entre todas las iniciativas que desarrolla la Fundación María José Jove, que no son pocas, ¿hay alguna de la que usted se sienta especialmente orgullosa?

Los programas de terapia con perros son los que más me motivan porque soy una apasionada de esos animales y creo que hacen muchísimo bien a las personas. En su momento, nos costó conseguir que los perros pudiesen acceder al Hospital Materno Infantil Teresa Herrera (Chuac), pero hoy nos consta que los profesionales sanitarios, en general, están encantados. Fue una gran satisfacción lograr ese hito, y que esos proyectos se vayan afianzando. En la actualidad, de hecho, realizamos también terapias con perros en la sede de nuestra Fundación.

¿Cómo se les ocurrió?

La terapia con perros es muy habitual en Estados Unidos, al igual que en muchos hospitales europeos, sin embargo, en Galicia no había en marcha ningún proyecto de ese tipo, y nuestra Fundación fue pionera también. Buscamos como compañeros de camino a profesionales con la misma sensibilidad y confianza en este tipo de programas, como Adriana Ávila, doctora en Psicoterapia, terapeuta ocupacional y coordinadora de la Unidad de investigación de terapia ocupacional en intervenciones no farmacológicas de la Universidade da Coruña (UDC), y Octavio Villazala, educador canino y gerente del centro Montegatto, y estamos llevando a cabo un estudio de resultados con la UDC. En nuestra Fundación partimos siempre de hacer las cosas bien, con muchísimo cuidado, velando por el beneficio de los usuarios, en este caso, los niños que están ingresados en el Materno, y garantizando que los animales estén perfectamente y con todas sus necesidades cubiertas. Son perros entrenados, y muy especiales también.

Felipa Jove, junto al retrato de su hermana María José, firmado por Rafael Cidoncha, que preside el vestíbulo de la sede de la Fundación María José Jove, en A Coruña.

Felipa Jove, junto al retrato de su hermana María José, firmado por Rafael Cidoncha, que preside el vestíbulo de la sede de la Fundación María José Jove, en A Coruña. / Casteleiro/Roller Agencia

¿Algún proyecto, que le hubiese gustado sacar adelante, se ha quedado en el camino?

Tanto como eso no, aunque a veces nos gustaría ampliar algún proyecto que funciona muy bien, pero nuestros recursos son limitados. Por ejemplo, el programa Esfuerza, de actividad física adaptada, es un referente para nuestra Fundación, tiene una gran demanda y siempre hay muchísima lista de espera. Desde hace años, contamos con el apoyo de la Fundación “La Caixa”, pero nos encantaría encontrar otros colaboradores que confiasen en esta idea para poder llegar a más personas.

¿Traerá alguna novedad, el año que comienza, en la actividad de la Fundación María José Jove?

El proyecto más inminente, en el que ya estamos trabajando y que pondremos en marcha durante este 2024, son nuestras Becas de formación de Psiquiatría infanto-juvenil. A través de todas las iniciativas que hemos venido desarrollando, a lo largo de estos 20 años, en el ámbito de la salud, y especialmente en el Chuac, con cuyos profesionales tenemos mucha sintonía, hemos detectado que hay una gran necesidad de personal con formación específica para tratar a niños y adolescentes. Y eso es lo que vamos a hacer, de la mano del Chuac y sus responsables: formar a uno o dos profesionales en Psiquiatría infanto-juvenil. Además, daremos un salto cualitativo en Norte, el programa pionero de prevención de conductas autolesivas en jóvenes que iniciamos tras la pandemia de COVID. Creemos que es un tema muy necesario, por eso vamos a dotar de más presupuesto el proyecto, que desarrollamos con el Ayuntamiento de A Coruña y la asociación Participa.

La Fundación María José Jove es pionera también en el uso del arte como herramienta de inclusión, gracias a la imponente colección de arte contemporáneo que atesoró su padre, el empresario Manuel Jove.

No imaginamos la actividad de la Fundación sin la colección de arte. Antes se encontraba en la empresa familiar pero, ya en el inicio de la Fundación, pensamos que sería una buena idea trasladarla a nuestra sede de Agrela, donde además de llevar a cabo una labor de mecenazgo, intentamos sacarle el máximo partido, orientándola también a esos dos grandes pilares que sustentan nuestra labor: la infancia y la inclusión. El arte no es solo un placer estético y visual, sirve para mucho más: para que las personas abran sus sentimientos, se expresen y desarrollen sus capacidades.

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En veinte años de actividad de la Fundación María José Jove habrá conocido a personas, familias y colectivos con experiencias vitales muy diversas. ¿Algún caso o situación, del que haya sido testigo, le ha impactado especialmente?

A lo largo de estas dos décadas, hemos conocido a grandes héroes. Me impresionó muchísimo, por ejemplo, un encuentro sobre enfermedades raras que albergamos un fin de semana en nuestra sede, al que asistieron familias de toda España, con situaciones muy difíciles, que estaban haciendo un gran esfuerzo por salir adelante. La labor en la Fundación te sitúa muy bien en la sociedad en la que vives.

¿A qué se refiere?

A que si la Fundación no existiese, y me dedicase solo a la empresa familiar, pienso que mi mentalidad sería muy diferente.

¿Qué más le ha aportado la Fundación?

Además de hacerme mucho más sensible con la sociedad en la que vivo, la labor en la Fundación me ha ayudado a ser mucho más consciente de los problemas que me rodean. Y me ha proporcionado grandísimas satisfacciones.

¿Por ejemplo?

El hecho de conseguir algo, por pequeño que sea, que ha servido para mejorar la calidad de vida de una sola persona, hace que haya días en los que, al salir de la Fundación, te sientas la persona más feliz del mundo. En ocasiones, de hecho, recibimos cartas de personas que nos escriben para contarnos cómo ha cambiado su vida el paso por nuestra Fundación. Conocer el impacto de la labor que realizamos, a través de nuestros usuarios, es una maravilla.

Cuentan con un equipo muy asentado para desarrollar esa labor.

Nuestro equipo es muy estable, apenas hay rotación. Cuando necesitamos un perfil distinto para las actividades y proyectos que vamos desarrollando, obviamente, lo incorporamos, pero siempre hemos apostado por mantener un equipo muy estable, y muy en contacto con la sociedad.

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