Ignacio Novo | Coordinador del Grupo de alcohol y otras drogas de la Sociedad Española de Medicina Interna

“El alcohol puede estar detrás de hasta 15.000 ingresos hospitalarios al año en Galicia”

“Es una de las principales causas evitables de cáncer en menores de 55 años” | “Debería quedar registrado en la historia clínica”

El doctor Ignacio Novo, 
ante el hospital Clínico 
Universitario de Santiago.  | // ANTONIO HERNÁNDEZ

El doctor Ignacio Novo, ante el hospital Clínico Universitario de Santiago. | // ANTONIO HERNÁNDEZ / e. ocampo

e. ocampo

El coordinador del Grupo de alcohol y otras drogas de la Sociedad Española de Medicina Interna, Ignacio Novo, médico internista en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), diferencia los trastornos por consumo de alcohol, “entre la adicción en sí misma y el daño orgánico inducido por el uso” de esta sustancia. En muchas ocasiones, indica, “coexisten ambos” y esto “se relaciona con el desarrollo de más de 60 enfermedades diferentes, incluyendo varios tipos de cáncer”.

¿Se bebe más alcohol en Galicia que en otras zonas de España?

Los datos por comunidades son similares, no hay grandes diferencias. España es uno de los países del mundo en los que más alcohol se consume por persona y es tremendamente llamativo que ocurre en todas las regiones. Hablamos del consumo de litros per capita y estamos en el top 5 mundial.

Ustedes han relacionado y cifrado el número de consultas médicas relacionadas con el uso de alcohol, incluso el de ingresos. ¿A cuántos ascenderían en Galicia?

Alrededor del 15% de las consultas médicas en España tienen potencialmente relación con el consumo de alcohol. En Galicia es difícil hacer una estimación, pero estamos hablando de probablemente entre 10.000 y 15.000 ingresos hospitalarios al año que están relacionados con patologías en las que interviene el consumo de alcohol. Pero en las altas oficiales, el número de diagnósticos que se relacionan con el alcohol es bajo: los médicos normalmente no tenemos en cuenta su consumo de forma diaria. En los registros en pacientes ingresados en Medicina Interna solo se registraba en la historia clínica de un 25%. Es decir, no se pregunta y pueden pasar desapercibidos consumos de riesgo. Debería de ser una cuestión obligatoria.

Y, ¿cuántas causas podrían ser achacables a este consumo?

Las complicaciones orgánicas más graves van desde el desarrollo de varios tipos de cáncer (hepatocarcinoma, cáncer de páncreas o de esófago y estómago, así como de sistema otorrino) a la aparición de enfermedades del hígado, como la cirrosis hepática. El alcohol a día de hoy es la primera causa de necesidad de trasplante de hígado en el mundo y las complicaciones derivadas de las enfermedades hepáticas y las neurológicas —como la encefalopatía de Wernicke— son las de mayor complejidad y consumo de recursos sanitarios. Entre los efectos del consumo crónico, de su toxicidad acumulada, destaca la miocardiopatía dilatada. Es una dilatación progresiva del corazón, como si las fibras musculares estuvieran estirando cada vez más, que provoca una disfunción de la contractilidad cardíaca, con cuadros de insuficiencia muy complejos de tratar. A veces también tienen arritmias, o un infarto. Pero no se sabe cuántos pueden deberse al alcohol. Además, con la cocaína y el cannabis, se sitúa entre las principales causas de atención en Urgencias por intoxicaciones.

Es decir, también se ven cuadros ya en personas jóvenes.

Es una de las tres principales causas evitables de muerte y de desarrollo de cáncer en personas de menos de 55 años. Es significativamente más alto que en personas que no lo consumen: “El alcohol cuanto menos, mejor, como dice el eslogan de la OMS”. Sí que es necesaria una actitud proactiva y un alto nivel de sospecha por parte de los profesionales sanitarios. La detección durante un ingreso hospitalario debería ser una práctica de rutina.

En la reunión del Grupo de alcohol y otras drogas de la Sociedad Española de Medicina Interna han asegurado que uno de los retos actuales es la dificultad para el manejo de las intoxicaciones y el consumo de varias “sustancias de difícil detección”. ¿Nuevas drogas de diseño?

Sí. La necesidad de formación específica en este campo y la complejidad del abordaje de algunos pacientes provocan que en algunos centros se estén creando unidades multidisciplinares de Toxicología Clínica, lideradas por internistas, que permitan un abordaje global y eficiente de estas patologías. Hay países en los que sí funcionan categorías relacionadas con la toxicología. No cuentan con una estructura firme en nuestro país, a pesar de que hay gente muy bien formada y que deberían de integrar también la Psiquiatría y las Urgencias.

No se han registrado, al menos de momento, casos de uso recreativo de fentanilo, como en la oleada que se vio en EE UU.

En España hay un sistema muy robusto de control de opiáceos, así como de fentanilo y hace años que en Galicia se obliga al informe clínico de cada prescripción... Afortunadamente, varios expertos comentaron que, como droga recreativa, no se había detectado su uso. Una experta en sustancias ilegales de consumo a nivel europeo aportó datos de los sistemas de detección muy actualizados: ni en la heroína ni en las drogas adulteradas se detectaron trazas de fentanilo, pero habrá que estar muy pendientes en los próximos meses. Esa alerta de momento no existe.

¿Está suficientemente protegido el uso en los menores?

Sería importante advertir en el etiquetado de las bebidas, así como se logró en el tabaco y siguiendo la estela de otros países europeos. También, desvincular el alcohol con el patrocinio de eventos culturales o incluso de actividades deportivas... porque se relaciona esa imagen con el divertimento y la vida. Luego está la responsabilidad como padres, de no relacionar las celebraciones ante los hijos con el consumo de alcohol, así como muchos ya evitan mostrarse ante ellos fumando.

“El fentanilo aquí solo tiene uso terapéutico y está bien controlado”

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