Entrevista | Carlos Rábade Castedo Coordinador del área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ)

‘‘Financiar un único intento al año para dejar de fumar es ridículo; hay que cambiar ese criterio’’

“El ‘Plan contra el tabaquismo’ tiene que equiparar todas las formas de tabaco y vapeo. Aun habiendo cigarrillos electrónicos sin nicotina, el simple hecho de vapear normaliza el consumo”

El doctor Carlos Rábade Castedo.

El doctor Carlos Rábade Castedo. / Cedida

La ofensiva antitabaco del Ministerio de Sanidad, en fase de estudio por parte de las comunidades autónomas, es celebrada por el coordinador del área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), el neumólogo gallego Carlos Rábade Castedo, partidario del encarecimiento del tabaco y la ampliación de los espacios libres de humo, dos de las principales medidas que han trascendido del Plan integral de prevención y control del tabaquismo, llevado este jueves por el departamento de Mónica García a la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS). Recuerda, el doctor Rábade Castedo, que la Separ “ha participado en la elaboración” de esa estrategia ministerial, “conjuntamente, con otras sociedades científicas”, y que llevan tiempo “reivindicando su aplicación y puesta en marcha” porque “es el punto de partida para que España vuelva a tomarse en serio el control del tabaquismo”.

“Los datos de encuestas como Edades o Estudes [del Plan Nacional sobre Drogas] muestran que un tercio de la población española continúa siendo fumadora, pese a que hoy ya se conocen todos los efectos nocivos que acarrea el tabaco, y pese a la importante carga de morbimortalidad, enfermedades y pérdida de recursos económicos que supone el tabaquismo en España y en el mundo”, advierte.

¿Cómo valoran desde la Separ el Plan contra el tabaquismo del Ministerio de Sanidad?

Nuestra visión general es muy buena. La Separ siempre ha solicitado la aplicación de este plan, que incluye medidas que desde nuestra sociedad científica veníamos demandando desde hace tiempo, como la subida del precio del tabaco. Una de las acciones más eficaces para controlar el tabaquismo en un país ya que, por un lado, evita que muchos jóvenes empiecen a fumar y, por otro, promueve que mucha gente lo deje. Ya hay algún estudio francés, de hecho, donde se evidencia todo esto.

El encarecimiento del tabaco disuade a muchos ciudadanos de fumar, pero hay otras medidas efectivas frente al tabaquismo, como la ampliación de los espacios libres de humo, recogida también en la estrategia ministerial.

Sin duda. La ampliación de los espacios libres de humo contribuye a seguir protegiendo a los no fumadores frente al tabaquismo, pero también desnormaliza, en cierta manera, la conducta nociva de fumar. Aún hay una población que está desprotegida frente al tabaco —fundamentalmente, los no fumadores— en determinados espacios de ocio, al aire libre, donde hay altas concentraciones de humo. Sobre todo, en ambientes familiares.

"Si un niño ve a sus padres fumar, va a tener más posibilidades de acabar haciéndolo porque no está viendo en ellos esa acción ejemplarizante"

¿Por ejemplo, en el coche?

Así es. Prohibir fumar en el coche creo que es fundamental, una de las medidas que hay que poner encima de la mesa. Fumar es un punto de distracción muy importante para el conductor, pero también es verdad que ese conductor fumando dentro de un coche cerrado está desprotegiendo a su familia, porque la está exponiendo al humo de ese tabaco. Un humo ‘pasivo’ que, en ocasiones, contiene componentes más tóxicos que el propio humo que inhala el fumador. Por tanto, es una medida importante a la hora de proteger, sobre todo, a los convivientes, como pueden ser los niños pequeños, las personas con enfermedades crónicas o las embarazadas. Además, la prohibición de fumar en coches y ambientes familiares favorece que los niños no vean a sus padres hacerlo. Si un hijo ve a sus progenitores consumiendo tabaco, va a tener más posibilidades de acabar fumando porque no está viendo en ellos esa acción ejemplarizante.

¿Es partidario de prohibir fumar, también, en las terrazas de la hostelería, tal y como plantea el Plan contra el tabaquismo del Ministerio de Sanidad?

Sin duda. Hoy asistimos a un consumo de tabaco muy importante en sitios como las terrazas de bares y restaurantes, donde hay altas concentraciones de humo, lo cual impide a los usuarios de esos espacios respirar aire puro, sobre todo, a los no fumadores. Y los trabajadores de la hostelería están también expuestos a ese humo contaminado, por tanto, mi apoyo absoluto a la prohibición de fumar en las terrazas. Este tipo de medidas, insisto, desnormalizan el consumo de tabaco. Contribuyen a que fumar deje de ser visto como algo normal en la sociedad.

¿Qué otras medidas contra el tabaquismo consideran fundamentales desde la Separ?

Desde nuestra sociedad científica hemos reivindicado siempre la equiparación de todas las formas de tabaco y vapeo, también aquellas que no contienen nicotina. Es triste lo que estamos observando en el momento actual, gente joven que va a una máquina expendedora y, por una cantidad ridícula de dinero, consigue un vapeador y puede engancharse rápidamente a eso y, posteriormente, al tabaco. Todos esos dispositivos son muy accesibles y asequibles para la población, y esto es algo que nos preocupa. Por eso, creemos que el Plan integral de prevención y control del tabaquismo tiene que equiparar el cigarrillo electrónico y los vapeadores con el tabaco convencional en regulación, en acceso... En todo. Hay que ser claros y tener amplitud de miras en este tema porque, aun habiendo cigarrillos electrónicos que no contienen nicotina, el propio acto de vapear ya normaliza el consumo. Además, estos productos contienen sustancias saborizantes y aromatizantes que sí van a la vía aérea y que pueden tener también efectos tóxicos. Son una puerta de entrada al consumo de tabaco, y evitan que muchos fumadores hagan intentos de abandono con tratamientos eficaces.

¿Hay alguna otra acción que estimen necesaria y que figure recogida en el documento elaborado por el departamento que dirige Mónica García?

El Plan contra el tabaquismo del Ministerio de Sanidad es una estrategia integral, por tanto, no solo recoge aspectos de tipo coercitivo o prohibitivo. También aborda el tabaquismo como una enfermedad crónica, de ahí que otra de las medidas que están en el plan, y que debería también desarrollarse con importante altura de miras, es la asistencia al fumador.

¿A qué se refiere?

A que es necesario garantizar una asistencia cualificada al fumador, y garantizar una organización adecuada de la asistencia al tabaquismo en España, de forma que se facilite a todos los fumadores un servicio de cesación tabáquica apropiado y en condiciones óptimas. Esto también es fundamental porque solo un 10% de los fumadores intenta dejar esa adicción con ayuda, y entre un 80-90% lo hace por sus propios medios, sin ningún tipo de apoyo, cuando el fumador es un enfermo, que muchas veces hace intentos de dejarlo sin éxito, lo cual hace que se desanime y no lo llegue a conseguir. Hay que facilitarle que pueda contar con el apoyo de un profesional sanitario, así como el acceso a los tratamientos farmacológicos de cesación tabáquica.

Sanidad financia un único tratamiento farmacológico al año para dejar de fumar. ¿Qué opina sobre este criterio?

Ese criterio de financiación me parece ridículo, y desde la Separ consideramos que hay que cambiarlo. ¿Se financia una única vez un tratamiento para la EPOC (enfermedad obstructiva crónica), que es una dolencia producida por el consumo de tabaco, o para el cáncer de pulmón o la cardiopatía isquémica? No sé por qué el Ministerio de Sanidad considera de diferente manera unas enfermedades y otras. Y no entiendo por qué no se elimina ese criterio para facilitar el acceso a los tratamientos farmacológicos para dejar de fumar, puesto que las cifras demuestran que la cesación tabáquica es la intervención que más reduce la mortalidad, frente a otras medidas, como los programas de cribado o dar estatinas.

Eso en cuanto al control del tabaquismo. Si hablamos de prevención, la educación es clave.

Sin duda. El problema es que los canales para comunicarse con los jóvenes han cambiado mucho en los últimos 10-15 años. Las campañas de comunicación de masas y mantenidas en el tiempo son importantes, pero sí es verdad también que las redes sociales son el principal instrumento que tenemos ahora para llegar a los chavales. Y en las redes sociales hay más mensajes a favor del vapeo y del cigarrillo que en contra. Ahí es donde hay que meterse. Aparte de los ambientes de amigos y la función ejemplarizante de los padres, el papel de las redes sociales también influye y, sobre esta cuestión hay mucho trabajo que hacer y que abordar.

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