El Vaticano ve “deplorable” la maternidad subrogada por “violar” la dignidad humana

La Iglesia católica considera que “el niño se convierte en un mero objeto” en los vientres de alquiler, según el documento que da a conocer la Iglesia

El Papa, en una alocución, el pasado mes de marzo.  | // EFE

El Papa, en una alocución, el pasado mes de marzo. | // EFE / Agencias

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El Vaticano publicó ayer un documento en el que condena como graves violaciones de la dignidad humana, además de las ya conocidas eutanasia o aborto, la teoría de género, el cambio de sexo y la maternidad subrogada, pero también se muestra a favor de despenalizar la homosexualidad.

El texto del dicasterio para la Doctrina de la Fe, titulado Dignitas infinita y cuya elaboración ha durado cinco años, se publica con ocasión del 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos para ofrecer “también a la Iglesia la oportunidad de aclarar algunos malentendidos que surgen a menudo en torno a la dignidad humana”.

En el documento presentado por el nuevo prefecto, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, se enumeran las “violaciones graves de la dignidad humana que son de especial actualidad” y entre ellas la Iglesia se posiciona en contra de la maternidad subrogada, “mediante la cual el niño, inmensamente digno, se convierte en un mero objeto”.

Se trata de algo “deplorable”, “que además ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre”.

“Un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato”, se indica en el texto, que recuerda el llamamiento del papa Francisco para que “la comunidad internacional se comprometa a prohibir universalmente esta práctica”.

En la rueda de prensa de presentación, el cardenal Fernández aseguró que ante el deseo de ser madre se debe respetar la dignidad humana e invitó a acogerse a otras formas como la adopción.

La Doctrina de la fe, que hace unos meses publicó que era posible la bendición a las parejas gais, reitera que “toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad” y denuncia “que en algunos lugares se encarcele, torture y prive del bien de la vida por su orientación sexual”.