Michel Poulain | Demógrafo experto en longevidad poblacional y cocreador de las ‘blue zones’

“A los jóvenes les digo que dejen las pantallas y no olviden vivir y amar”

“Tendremos que pensar en vivir más sencillamente y no tener en mente solo el negocio. Debemos estar dispuestos a pagar un poco más para tener, por ejemplo, buena comida”

Miguel Poulain

Miguel Poulain / Jesús Prieto

Mateo G. Triñanes

El demógrafo Michel Poulain (Châtelet, Bélgica, 1947) es uno de los mayores expertos a nivel mundial en longevidad poblacional. Llegó a la disciplina por su interés en la historia, después de iniciar sus estudios universitarios en el campo de la astrofísica. De su lápiz azul nació el concepto de las blue zones, aquellas áreas geográficas del globo donde la población comparte un estilo de vida y un mismo entorno por los que su longevidad ha demostrado ser excepcionalmente alta. Estos días se encuentra en Galicia para estudiar si algún territorio de la comunidad merece convertirse en la sexta zona a nivel mundial con esta denominación.

¿Cómo surge la posibilidad de estudiar si Galicia es una tierra proclive a la longevidad poblacional? ¿Y cuándo sabremos si así es?

Son aquellos lugares que quieren contar con una blue zone los que se ponen en contacto conmigo, en este caso a través de investigadores que creían en esa posibilidad. Ciertamente, los datos invitan a pensar que así puede ser. Yo solo soy un guía, explico cuál es la pauta a seguir y de qué modo se hará. Luego me encargo, con la colaboración de las administraciones y también aquí de las universidades, de hacer el conteo acudiendo a los registros y ver si se puede certificar esa declaración. En Cerdeña estuvimos veinte años para realizar todo ese trabajo. Aquí precisamente gracias a la colaboración de las instituciones que mencionaba anteriormente esperamos que como muy tarde a principios del año que viene podamos decir si cumple o no.

Sería la sexta zona azul a nivel mundial. Más allá del valor de esta declaración a nivel científico, ¿puede ser esta distinción un acicate económico en sectores como el turismo y la industria alimentaria?

No quiero que, en caso de oficializarse la declaración, esto suponga un motivo para atraer a muchos turistas, como ocurrió por ejemplo en Costa Rica con los visitantes norteamericanos. El único turismo que debería interesar atraer es aquel que es respetuoso con la naturaleza y con la población local. El Camino es un muy buen ejemplo de ello. Este es un punto crucial porque puedes tomar una dirección equivocada y de ese modo se puede perder todo lo logrado, privando a la generación más joven de aprovecharse del modo de vida que posibilita que podamos estar ante una blue zone.

Hablando de gente joven, los rasgos que hacen de Galicia un lugar, como mínimo, con propensión a la longevidad (vida en zonas rurales, una dieta muy característica, mucha conexión social…) se están perdiendo en las generaciones más jóvenes. ¿Es esto común a las zonas azules ya declaradas?

Sí. Es muy común en la mayoría de las zonas azules. La tecnología, la industria alimentaria... Esas cosas están cambiando la forma de vida de los jóvenes de mala manera y permitiendo que unas tradiciones que son positivas desaparezcan. Tenemos que entender que el valor del pasado es importante. No quiero que volvamos allá, pero debemos mantener las tradiciones y las especificidades que nos ayudan a vivir más sanos y felices, y eso es lo que se está perdiendo en muchos sitios. Tampoco soy partidario de que la gente se obsesione con lo que come ni el número de pasos que da, como se ve por ahí. En el caso de los más jóvenes, yo lo único que les digo es que levanten la cabeza y no se olviden de lo único verdaderamente importante que es vivir y amar, con eso ya ganaríamos mucho.

La población gallega, al igual que en casi la totalidad de Occidente, está envejeciendo a marchas forzadas. Vivimos más años, pero esto no se compensa en términos de natalidad. Como demógrafo y experto también en migraciones, ¿está la “solución” en la inmigración?

Hay un refrán alemán que dice: “es bueno que los hombres felices se queden en casa”. No estoy en contra de la migración de una persona, pero no puedo apoyar la que es masiva, como he visto en Etiopía o Eritrea. Jóvenes que arriesgan su vida con la esperanza de una vida mejor en Europa cuando solo uno de cada diez lo conseguirá. La sociedad va demasiado deprisa y, si nos enfrentamos de esta forma a este tipo de cambios, se producirá un apagón total.

Pero algo habrá que cambiar...

Tenemos que pensar en vivir más sencillamente y no tener en mente solo el negocio. Esto es crucial. Debemos ser felices con las cosas mínimas que son naturales y para ello tenemos que estar dispuestos a pagar un poco más para tener, por ejemplo, buena comida.

Las personas mayores también vivirán más años, pero lo harán con peor salud...

Debemos incluirlas en la sociedad. Es importante mejorar este punto, no podemos excluirlos, mandarlos a una residencia y ya. Tenemos que trabajar para mantenerlos activos y partícipes de la comunidad. Si hay una comida familiar, el anciano debe estar allí, puede que se quede dormido, pero está allí. Eso es muy importante para su salud.

Para terminar, usted sigue viajando para estudiar e investigar por todo el mundo cuando está a punto de cumplir 80 años. ¿Cómo afronta esta etapa de su vida?

He cambiado muchos aspectos de mi vida progresivamente. Intento hacer más ejercicio físico de manera sistemática, comer mejor, pero sobre todo lo que más ha cambiado ha sido mi mente. Cada vez me siento más orientado positivamente y eso es algo realmente importante. Intento establecer vínculos con otras personas. No diré que beso a todo el mundo, pero es un poco así (ríe). Nunca deberíamos dejar a un lado nuestra parcela más humana, esa parte que nos convierte en miembros de una comunidad en la que vivimos y con la que debemos mantener el contacto.

“El modo de vida presente en las ciudades es contrario a la longevidad”

El sábado decía que Galicia cuenta con buenas probabilidades de convertirse en la sexta zona azul. Con los datos que ya tiene, ¿cree que toda la comunidad podría serlo o únicamente un área restringida de ella? Efectivamente, las probabilidades son buenas, pero está claro que Galicia en su totalidad no podrá ser una blue zone. Por ejemplo, en el caso de Cerdeña, el conjunto de la isla tiene una proporción de centenarios muy similar al resto de Italia. Sin embargo, viendo la casuística pueblo por pueblo y usando mi lápiz azul pude dibujar un área donde la probabilidad de un recién nacido de llegar a los 100 años es el doble que en el resto del país. Así se certificó la primera zona azul a nivel mundial por su elevada longevidad poblacional. De este modo, cuando tengamos los datos, pueblo por pueblo en Galicia, los pondremos en el mapa e intentaremos dibujar esa zona que seguro estará en el sureste de la comunidad. Tal vez, incluso incluyendo algunas áreas de Castilla y León o del norte de Portugal. Y es que, a pesar de la división territorial, es una zona donde los habitantes tienen unas costumbres comunes y un modo de vida muy similar. Desde el punto de vista urbano, la única ciudad que se encuentra en esa zona es Ourense... Tendremos que comprobar si podría incluirse, pero es muy difícil que un núcleo urbano esté dentro de una blue zone por muchos motivos: ruido, contaminación, falta de comunidad... El modo de vida presente en las ciudades es contrario a la longevidad. En el futuro, debemos trabajar para que las urbes se parezcan más a lo que se ve en los pueblos.