Un británico fue condenado ayer por un tribunal a nueve años de prisión por conducir a 290 kilómetros por hora mientras huía de la policía, tras haber intentado atracar un cajero automático de Wolverhampton. Ben Westwood, de 33 años, formaba parte de una banda de cinco hombres que llevó a cabo una serie de robos entre agosto de 2011 y enero de 2012. El juez, que le imputa robo y conducción temeraria, calificó su actitud de "atroz y espantosa". La banda, que en sus acciones utilizaba un llamativo coche de lujo robado del que solo hay dos ejemplares en Reino Unido, fue capturada el 13 de enero tras intentaba atracar el cajero de una gasolinera. Los cinco delincuentes emprendieron la fuga perseguidos por un helicóptero policial.