Ni perdidos en un parque ni entregados en adopción como pretendía hacer creer su padre. La clave estaba en la hoguera, todavía humeante, que los agentes encontraron en Las Quemadillas el mismo día en que se denunció la desaparición. Una hoguera alrededor de la que han dado vueltas durante 11 meses los investigadores. Las pistas halladas -sedantes, ropas y huesecillos carbonizados- centraron allí los esfuerzos, pero las pistas reales se mezclaron con las falsas del presunto homicida para confundir.

Cuando la forense policial informó de que los restos óseos eran de animales, levantaron la tierra, excavaron y buscaron posibles enterramientos donde se prendió fuego. Hicieron falta dos informes externos para corregir el error pericial: allí habían sido quemados los cuerpos de dos niños, no de roedores. Una investigación que podía estar resuelta 48 horas después de la desaparición se prolongó durante casi once meses y con ella la angustia de la familia, además de los recursos de los contribuyentes y del propio esfuerzo policial.

La respuesta ante el error de la Policía Científica ha causado un enfrentamiento entre sindicatos policiales. Todos coinciden en investigar y depurar lo ocurrido para que no vuelva a pasar. El SUP reclama, además, la revisión de todas las investigaciones de restos óseos de la Comisaría General de Policía Científica en que se haya determinado que corresponden a animales, y la respuesta no se ha hecho esperar.

Tres de los sindicatos mayoritarios (Confederación Española de la Policía, Unión federal de la Policía y Sindicato Policial de la Policial) tildaron ayer de "miserable" esta propuesta. En nombre de la policía piden perdón a la familia por el error pero recuerdan que no afecta a cuestiones básicas: "Ni se han destruido pruebas ni se ha permitido la huida del presunto autor del crimen".

Cadena perpetua

La plataforma Justicia para Ruth y José comenzó una campaña para recoger firmas, con el objetivo de pedir la cadena perpetua para el padre de los niños, José Bretón, interno en prisión desde el 21 de octubre. La plataforma se ha marcado como objetivo reunir unas 50.000 firmas.

El colectivo se pregunta, "si no se sabe si hubo ensañamiento o violencia antes de la muerte, porque los niños están calcinados, qué pena le van a imponer" al padre de los menores, en caso de que se demuestre fehacientemente que les mató.

El primo de la madre ya se pronunció a favor de imponer la cadena perpetua al padre. Y Juan José Cortés, padre de la niña Mari Luz, asesinada en Huelva en 2008 por un pederasta que tendría que estar cumpliendo condena, también se pronunció a favor de la cadena perpetua, una pena que ya solicitó en su día a través de una campaña.