En Ávila, Valladolid, Córdoba y Sevilla

Golpe al robo de cobre: la Guardia Civil detiene a 36 personas por la sustracción de 34 kilómetros de cable

Gran parte del material, valorado en 2 millones de euros, se ha localizado en almacenes en los que los ladrones guardaban el botín

La Guardia Civil detiene a 36 personas por robar más de 34 kilómetros de cable en varias provincias

La Guardia Civil detiene a 36 personas por robar más de 34 kilómetros de cable en varias provincias / Guardia Civil

Juan José Fernández

Con el precio del cobre en su apogeo, y en esta época de intensa acividad de bandas de cortacables asaltando tendidos de comunicaciones e instalaciones eléctricas, la Guardia Civil ha culminado la Operación Ascia con la detención de 36 presuntos ladrones de este material en las provincias de Ávila, Valladolid, Córdoba y Sevilla. Son 34.215 metros de cable los sutraidos, con un peso de 13 toneladas, según ha difundido este viernes el instituto armado. Gran parte del material ha sido recuperado por los agentes en los almacenes en los que se procesaba y guardaba el botín.

Además de los 36 detenidos, hay otras seis personas investigadas en una operacion que instruye delitos de robo con fuera, incendio forestal, daños a bienes públicos y pertenencia a grupo criminal. El material robado alcanzaría un valor de dos millones de euros, según ha comunicado la Guardia Civil.

Este golpe policial es resultado de una intensificacion de la vigilancia en tendidos eléctricos desde el pasado verano, cuando repuntó en España el robo de cobre. En concreto, fue en Ávila, en un tramo de la N-110, donde los agentes sorprendieron a dos ladrones cortando cable telefónico. Cuando les detuvieron, tenían ya 870 kilos de cobre. A partir de estas detenciones, los agentes pudieron averigurar la localización de varios galpones en los que los integrantes de estas redes criminales queman el cable, para dejar pelado lo que tiene más valor: el metal.

La forma de actuar

En la invesigación desarrollada sobre estas bandas se ha comprobado de nuevo que eligen tendidos de cable próximos a carreteras secundarias. No se adentran en lugares de difícil acceso, aunque les fueran más seguros, porque el cobre pesa, y al robo de material le acompaña la necesidad de transportarlo.

Una cadencia se repite en la forma de actuar de los detenidos en esta operación. Primero acuden los ojeadores, generalmente los jefes, a localizar puntos en los que puede ser más sencillo y rápido el robo, casi siempre en cunetas y traszados junto a la calzada.

Los ladrones actúan en bandas y eligen tendidos de cable próximos a carreteras secundarias y de fácil acceso

Después de realizada la inspección, contratan cuadrillas de peones y los organizan en grupos con furgonetas repartidos a lo largo del trazado elegido. En los puntos asignados a cada grupo, unos hombres suben a cortar el cable. Otros, bajo el tendido atacado, van troceando el material sustraído en varas de unos dos metros de largo para cargarlas en los vehículos.

En poco tiempo, a menudo antes del amanecer, queda consumado el robo. Los furgoneteros se llevarán el cable sustraído a lugares donde puedan hacer la quema. Los jefes, entre tanto, preparan el blanqueo del cobre robado con su venta concertada a chatarrerías que forman parte de la red.

Los puntos de recepción del cable robado son parte de los objetivos principales de las patrullas de los equipos ROCA (Robos en el Campo) de la Guardia Civil, que están actuando en el marco del Plan Permanente de Respuesta a Actividades Ilícitas Relacionadas con el Cobre, desplegado por la Secretaría de Estado de Seguridad.