La temática social vence en el Festival de Cans

El aburrimiento y vacío actuales, la memoria histórica, la violencia de género y el pulso destructor de la raza humana, ejes de los cortos ganadores de esta edición

El actor Javier Gutiérrez deja su huella en Cans.

El actor Javier Gutiérrez deja su huella en Cans. / Anxo Gutiérrez

mar mato

El Festival de Cans ha vuelto a desmontar las pantallas de los bajos y cobertizos. Su edición número 20 acabó este fin de semana para recordarnos cómo hemos ido creciendo y madurando con él en estas dos décadas. En la memoria de muchas y muchos quedan aquellos años en los que acudir a las proyecciones era un maratón de un número elevadísimo de piezas (con una duración de tres a cinco minutos, mientras que ahora pueden llegar a los 17 por lo que el número de cortos a concurso es menor). Ediciones atrás, la mayoría de los trabajos audiovisuales estaban pensados para hacer reír o reflexionar pero con una sonrisa en el viaje.

Quizás desde la crisis del ladrillo, cuando todo se volvió más gris oscuro, comenzó un giro temático reinante: la corona que ostentaba la comedia fue puesta en manos del drama. Esta “virada”, como dirían en O Morrazo, cuenta con detractores y fans. También ha cambiado la factura de los cortos. Hace diez años se podían encontrar minifilmes más de andar por casa; ahora la profesionalización y el trabajo son impecables en todas las áreas de cada pieza.

‘Sandwich cat’ se llevó el premio del público.

Fotograma de ‘Alicia fai cousas’, con cuatro premios. / mar mato

En esta edición número 20, se dejó claro que a los cineastas de ahora les importa el presente, el futuro que estamos construyendo y cómo el pasado nos ha dejado huella. Entre las piezas ganadoras nos encontramos reflexiones sobre el aburrimiento y vacío actuales, la soledad, la memoria histórica, la violencia de género más las relaciones familiares y el pulso destructor del ser humano. Comenzamos hablando del gran ganador del certamen, el director Ángel Santos con su Alicia fai cousas.

Imagen de ‘Mariví, napel da memoria’, premio Furacáns.

Rodaje de ‘Carraxe’, premio de los vecinos de Cans. / mar mato

‘Alicia fai cousas’.

El corto de Ángel Santos, de Marín, ha hecho historia en el Festival: se llevó cuatro de los principales premios (a la mejor realización, mejor guion, mejor interpretación femenina y mejor corto de ficción). Ayer, reconocía sentirse “sobrepasado. La verdad es que no esperaba que funcionara así”. La historia presenta a una joven, Alicia, que aspira a ser actriz. Mientras se prepara para un casting, ve pasar el tiempo reflexionando sobre si es aburrida, si la gente se aburre con ella y cuál es el sentido de su vida que compara con la espera continua de un tren.

La temática social vence en el Festival de Cans

‘Sandwich cat’ se llevó el premio del público. / mar mato

En cuanto a cómo surgió el corto, Santos explica que nació a raíz de su encuentro con la actriz protagonista, Alicia Armenteros: “Nos conocimos en Curtocircuito. Nos caímos bien, nos hicimos amigos y hablamos mucho del aburrimiento y de este peso existencial que a veces tenemos de no saber muy bien qué hacer y que nos puede llegar a inmovilizar. A partir de ahí, junto al coguionista Pablo García, trabajamos la idea de rodar en Vigo alrededor de una chica de 25 años”. “Tomó —añade— esta dimensión de cuento moral y filosófico”.

La temática social vence en el Festival de Cans

Imagen de ‘Mariví, na pel da memoria’, premio Furacáns. / mar mato

Respecto al rodaje en la urbe olívica, este es uno de los pocos cortos seleccionados en Cans grabado en localizaciones urbanas. “Es curioso, mi corazón está en el rural y me gustaría vivir en él pero habito en Vigo desde hace un tiempo. Con mi cine quiero acercarme al lugar en el que vivo con el cine”, señala.

Interesante es la reflexión filosófica del aburrimiento que presenta el escritor y profesor en la ESAD Damián Villalaín sentado en un café del Paseo de Alfonso incluyendo disertaciones de Schopenhauer, Barthes o ideas de monjes medievales.

El miedo al aburrimiento no es el único terror de la protagonista, esta también teme ser actriz y lamenta el vacío que siente. “Es el vértigo que sienten los actores ante el deseo de interpretar y la dificultad de encontrar su lugar, la frustración ante la negativa”, añade Santos.

Este —que recibió ayuda de la Diputación de Pontevedra y Agadic para la realización de la pieza— expresa que le gustaría haber contado también con el apoyo del Concello de Vigo ya que la obra muestra distintos enclaves de la ciudad (el Castro, Paseo de Alfonso, entorno de López de Neira). “Me gustaría haberles enseñado el corto al menos”, lamenta, para proponer que no solo se apoyen los proyectos foráneos de gran envergadura, sino también los locales de pequeño formato.

‘Carraxe’.

Este corto del coruñés Muriel Pernas —con la producción de Lucas Orlando— se llevó el premio de los vecinos lo que para el realizador es “una alegría”. Nos sitúa en el tema de la violencia de género en el rural y en una pareja de mayores.Su propuesta ha convencido a los programadores de 400 festivales que lo han seleccionado —no irán a todos, sino a un grupo de ellos— comenzando por Cans donde tuvo el estreno absoluto.

“La historia —contaba ayer Pernas— surge de las ganas que tenemos en nuestra productora Queima Studio de abordar la temática del conflicto social. Esta es la primera obra. Queríamos trabajar la soledad, la violencia no explícita en la vida cotidiana, llevándolo a la Galicia rural envejecida, con dos personajes aislados en una casa en el monte”.

La obra se alza como un “grito de denuncia ante la situación de la violencia machista que muchos niegan “, de ahí que “exorcizan el odio de este personaje como grito de las víctimas”, describe Pernas.

Parte del éxito del corto recae en las excelentes interpretaciones de Mabel Rivera y Roberto Leal, que dan vida a un matrimonio donde se da “una relación de amo-esclavo, de servidumbre. Ella es un pájaro enjaulado, sumisa” al maltrato psicológico del hombre, describe el director.

Reconoce Pernas que el plano secuencia final de tres minutos, de altísima intensidad emocional, fue “muy duro” de rodar por el “dramatismo. Había mucha confianza entre los actores. Sin ella sería difícil sacarlo adelante”.

El público se rinde ante ‘Sandwich cat’

¿Qué sentirían si un día tras algo inesperado se despertaran y su mascota, un gato con un sándwich en la cabeza, les hablara? Es la tesitura en la que nos sitúa el corto de animación Sandwich cat, del lucense David Fidalgo, quien se llevó el premio del público en Cans este año. Un alienígena elige a David, el propio dibujante y director del corto —que ya fue finalista a los Goya con Homomaquia que se estrenó en Cans— para decidir si salva o no a la raza humana. Para poder comunicarse con él, se mete en el cuerpo del gato. Poco a poco, el felino se dará cuenta de las atrocidades de los humanos. “Lo que hace vuestra especie es horrible”, señala en un momento. Lo que sucede después, mejor no revelarlo. Sin duda, un corto redondo entre risas y crítica social que ya se ha visto en EEUU.

La conexión del golpe de 1936 con el presente

Detrás del premio Furacáns, cortos de no ficción, están las hermanas Laura y Coral Piñeiro, con Mariví, na pel da memoria. Respecto al galardón señalan que “la memoria histórica es complicada de transmitir y recibir un premio así es un reconocimiento a la capacidad de emocionar”. En esta obra, apoyada por la Diputación de Pontevedra, recuperan la vida de Mariví Villaverde, hija del alcalde republicano de Vilagarcía, localidad de ambas, en 1936. Mariví tuvo que exiliarse en el extranjero. Para ellas, su historia tiene gran conexión con el presente: “Queremos contar la represión que hubo. Despertar el interés de los niños por la historia de nuestro país. Tiene mucho que ver con políticas actuales”.

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