‘O corno’, rodada en gallego, gana la Concha de Oro

Su directora, Jaione Camborda, vasca de nacimiento y gallega de adopción, es la primera española en alzarse con el premio

Es una ‘road movie’ ambientada en la Galicia de los 60

Jaione Camborda sostiene el premio junto a Janet Novas, protagonista de la película.

Jaione Camborda sostiene el premio junto a Janet Novas, protagonista de la película. / EFE

Nando SalvÀ

Llegó y triunfó. O corno era la primera película rodada en gallego que competía por la Concha de Oro del Festival de San Sebastián y se la llevó. Su directora, Jaiona Camborda, una vasca de nacimiento y gallega de adopción, es además la primera española que consigue tal mérito. Quince de las 75 películas que ganaron la Concha de Oro antes de la noche de ayer eran españolas, y todas ellas dirigidas por hombres; el dato no es especialmente sorprendente si se tiene en cuenta la escasa cabida que este festival tuvo durante mucho tiempo para las directoras —como todos, por otra parte—, pero eso no hace que resulte menos lamentable.

Y a la hora de argumentar el triunfo logrado anoche en el Festival de San Sebastián por la donostiarra Jaione Camborda con su segundo largometraje, O corno, conviene tener en cuenta los esfuerzos efectuados por el certamen para reparar esa estadística. Todas las películas españolas incluidas este año entre los títulos a competición fueron dirigidas por mujeres, y el palmarés fue confeccionado por un jurado mayoritariamente femenino presidido por la francesa Claire Denis, que ha pasado buena parte de su carrera como cineasta soportando el hecho de ser la única mujer, o casi, en un mundo de hombres. Y nada de lo dicho hasta aquí, por supuesto, trata de sugerir que los méritos artísticos acreditados por la nueva Concha de Oro no son suficientes para hacerla merecedora del premio al que optaba otra cinta de factoría gallega, O soño da sultana, producida por Abano Films (de la productora Chelo Loureiro, ganadora de varios premios Goya) y dirigida por otra vasca, Isabel Herguera. La tercera candidata era la última obra de Isabel Coixet, Un amor.

O corno se sitúa en la gallega Illa de Arousa a finales de los 60 para acompañar a una comadrona que se ve obligada a huir a Portugal tras la muerte de una adolescente a la que ha ayudado a abortar, y que en su periplo toma contacto con un sucesión de personajes femeninos dispuestos a ayudarla y protegerla. Mientras escenifica esa manifestación de sororidad, Camborda no solo confirma su extraordinaria habilidad para narrar a través de la contemplación de los cuerpos en movimiento; también demuestra una capacidad excepcional para moverse con fluidez entre géneros y tonos. O corno, después de todo, es a la vez un muestrario de diferentes actitudes femeninas frente a la maternidad, una intriga que maneja con precisión el suspense, una road movie con toques de western y, sobre todo, un alegato tan sutil como rotundo sobre el derecho de las mujeres a decidir acerca de su cuerpo.

Claire Denis, recuérdese, pasó años participando en festivales que solían resolverse premiando exclusivamente películas hechas por hombres, y eso ayuda a explicar que prácticamente todos los otros galardones importantes del palmarés anunciado anoche fueran a parar a ficciones feministas dirigidas total o parcialmente por mujeres.

Premio del jurado

El Premio Especial del Jurado recayó en Kalak, de la danesa Isabella Eklöf, que se sirve del retrato de un hombre marcado por los abusos sexuales sufridos de parte de su padre cuando era niño para demostrar que la masculinidad patriarcal daña a los hombres casi tanto como a las mujeres.

El de Mejor Dirección fue para la pareja compuesta por Tzu-Hui Peng y Ping-Wen Wang —una mujer y una persona no binaria—, que en el drama taiwanés Un viaje en primavera contemplan a un hombre que tras la muerte de su esposa intenta reparar los lazos familiares que rompió a causa de sus prejuicios machistas.

La finísima comedia argentina Puan, dirigida a medias por María Alché y Benjamín Naishtat, ganó tanto el galardón al Mejor Guion como el premio a la Mejor Interpretación Principal para Marcelo Subiotto, que compartió la recompensa ex aequo con el protagonista de Great absence, el mítico actor Tatsuya Fuji. Y el Premio a la Mejor Interpretación Secundaria fue concedido a Hovik Keuchkerian por el papel de un hombre atrapado en su propia hombría en Un amor, de Isabel Coixet. Un palmarés feminista, decimos, y también bastante indiscutible.