La celebración arrancó en un estadio de Riazor a rebosar. La hinchada no se movió después del pitido final. Hubo otra vez un escenario en el centro del campo al que, poco a poco, fueron saltando los componentes del staff técnico y los futbolistas blanquiazules uno por uno y guiados por el speaker, quien dirigió antes, durante y después todos los festejos.