McCarthy es hoy la novela norteamericana, y junto a Philip Roth o Thomas Pynchon (compañeros periódicos en la quiniela por el Nobel) conforma el cáustico retrato de una generación de difícil relevo.

-Lleva usted tres adaptaciones cinematográficas a sus espaldas (Todos los hermosos caballos, No es país para viejos, La carretera) pero solo ha participado activamente en el rodaje del último filme (El consejero, de Ridley Scott), que se rueda ahora en Alicante.

-Soy uno de los productores del filme. Quería ver el proceso y quería cerciorarme de que la película iba a ser fiel al guión. No sé si volvería a hacerlo porque me lleva mucho tiempo, llevo siete meses en Europa y para cuando vuelva a casa todo será un caos.

-¿Cómo va El consejero?

-No puedo hablar mucho de ello. Estamos apenas a unos días para terminar. Tiene buena pinta, por lo menos lo que he visto, que he visto la mayor parte, parece estar muy bien. No me llevó mucho tiempo escribirlo y fue hace poco. Lo escribí, luego vino el director y lo siguiente que supe fue que teníamos a doscientas personas en España esperando para rodar la película. Me sorprendió la rapidez del proceso.

-¿Conocía usted España?

-Viví aquí hace años. Muchos años. Bueno, en Ibiza.

-¿Sabe que tiene muchos lectores aquí?

-Sí, sí. Había gente joven en la puerta esperando que les firmase un libro y para hacerse fotos conmigo. No estoy acostumbrado a eso.

-¿Y a Javier Bardem?

-Estuve con él en los Oscar, cuando estuvo nominado al mejor actor secundario. Caminé por la alfombra roja con su madre. Fue extraño (risas).

-Buena parte de su obra se desarrolla en paisajes cercanos al western cinematográfico. Hay un director que me lleva mucho a usted. Se trata de Sam Peckinpah, (Grupo salvaje, La huida).

-No creo que exista ninguna relación entre Peckinpah y yo, aunque ocasionalmente la gente nos compara. Pero yo no lo veo en absoluto. Me gusta Grupo Salvaje. Es un gran filme. Pero también ha hecho películas horrorosas. Y él, aparentemente, era un hombre muy difícil.

-¿Es el pesimismo una característica de su literatura?

-Soy pesimista, pero no infeliz. No me levanto por las mañanas y gimoteo. Creo que el mundo tiene problemas y que los tiempos que corren son difíciles. No me refiero solo al tema financiero, que estoy seguro preocupa a mucha gente que no puede pagar sus cuentas y tienen hijos que criar. Ahora mismo, son tiempos muy peligrosos para el mundo, no sabemos lo que va a pasar. Si alguien viniese de otro planeta y les enseñásemos una corta versión del siglo XX... Es de locos. No hay ninguna razón para pensar que las cosas van a mejorar y que todo acabará felizmente, eso me parece improbable.

-No obstante,en su obra hay un atisbo de valores positivos encarnado en la juventud. La juventud que acaba barrida por el mundo adulto.

-Creo, por ejemplo, que mucha gente piensa que La carretera es un libro muy deprimente, pero la verdad es que la historia trata sobre el amor entre el padre y el hijo. Creo que si el libro intenta reflejar algo es enseñar ese amor bajo las peores circunstancias. Si tú realmente quieres a alguien, si realmente quieres a tu hijo, no importa lo mal que vaya el mundo, te pegas a él, mueres por él, harías cualquier cosa por él. Eso no es tan malo ¿no? Esto habla bien de la naturaleza humana.

-¿La paternidad le ha cambiado? (McCarthy tiene un hijo de catorce años)

-Nunca hubiese escrito La carretera si no hubiese tenido un hijo. ¿Sobre quién escribiría? ¿Sobre mi perro? Así que mi hijo es como el coautor, él es la razón por la que el libro se ha escrito.

-¿Ha seguido las manifestaciones y disturbios del 25-S?

-No mucho, resumidamente en la televisión.

-Si no he entendido mal, El consejero toca temas tangentes a la crisis y al poder.

-El consejero trata sobre gente que se deja llevar para conseguir dinero, que no tienen reparo para conseguirlo, para estar en el negocio. Al final, no termina bien para nadie. Excepto para el personaje de Cameron Díaz, que gana un montón de dinero, se traslada a otra ciudad y vive feliz para siempre.

-Suena reiteradamente para el premio Nobel ¿Qué piensa del asunto?

-No es un tema que me importe demasiado. Recibo muchas invitaciones para ir a recoger varios de estos premios, pero no estoy realmente interesado en ello. Tengo una caja llena de estas cosas en alguna parte pero no sé dónde está.