Cuando los gobernantes se pasan a la clandestinidad, malo, muy malo. Esto es lo que está sucediendo con las negociaciones entre los EEUU y la UE de un Tratado Trasatlántico para la Inversión y el Comercio ( TTIP). De hecho ni los representantes de los ciudadanos europeos democráticamente elegidos han podido conocer el contenido de las negociaciones y del futuro tratado en tiempo y en todos sus extremos y, desde luego, la ciudadanía menos. Y si algo se trama a tus espaldas es muy difícil pensar a priori que te pueda favorecer. Como el sigilo y el secreto total y perdurable es imposible, hoy ya sabemos lo suficiente del TTIP para echarnos a temblar. El gran señuelo del asunto es la apertura de un gran mercado libre entre EEUU y la UE que facilitaría el comercio y la inversión entre mas de 800 millones de consumidores y trabajadores pudiendo así competir y negociar mejor con otros bloques económicos como el asiático, por ejemplo. Se trata de una respuesta económica y geopolítica de envergadura mundial y para mucho tiempo. La parte intragable e intolerable del tratado es que se crean nuevas reglas que privilegian al capital y se destruyen otras que defienden y protegen al consumidor y al trabajador, para lo cual se propone debilitar el poder de los Estados democráticos tanto en su función de legislar como de juzgar convirtiendo los mercados financieros, laborales y de consumo en una auténtica dictadura de las grandes corporaciones financieras que impondrán irremisiblemente la ley del más fuerte y generarán indefensión, paro, sufrimiento, desamparo y sumisión de los ciudadanos. Éstos perderán derechos, duramente conseguidos, y capacidad de incidir e influir en sus gobernantes que cada día servirán para menos. Es un paso decisivo en la aplicación más radical de las doctrinas neoliberales donde los mercados mandan, los Estados son la mera gendarmería de los mercachifles y los ciudadanos individuos, ficticiamente libres, a mantener aislados y sumisos.

Esto también debe ser tenido en cuenta a la hora de emitir nuestro voto y saber muy bien qué van a hacer en realidad y dada su ideología con el TTIP los partidos que reclaman nuestro apoyo. Que nos lo expliquen bien.