El Ayuntamiento cegó ayer con ladrillos dos ventanas del edificio de la antigua Fábrica de Tabacos y una puerta, porque su sistema de seguridad no era efectivo y el Gobierno local temía que el edificio se convirtiese en un blanco fácil para ladrones y personas sin hogar.

A pesar de que Xunta y Concello están en trámites para ejecutar la cesión del inmueble y comenzar su rehabilitación para que se convierta en la nueva sede judicial de la ciudad, es el Ayuntamiento el que tiene todavía la responsabilidad de su mantenimiento.

Según una portavoz del Gobierno local, los operarios municipales se desplazaron ayer por la mañana hasta la Fábrica de Tabacos para parchear las ventanas cuyas rejas estaban flojas y una de las puertas del inmueble por seguridad, no porque se hubiesen registrado episodios delictivos. Lo que sí que ha hecho el Concello a posteriori ha sido iniciar el estudio de qué hará con las farolas de la antigua fábrica de A Palloza porque han sido objeto ya de actos vandálicos.

Los técnicos de alumbrado evaluarán si lo mejor para las farolas es retirarlas o si, por el contrario, su reparación y puesta de nuevo en funcionamiento son su mejor opción para el futuro inmediato.

La Consellería de Infraestruturas y el Concello acordaron en 2010 que este edificio tan significativo de la ciudad sería el nuevo centro judicial de A Coruña, aunque no se han puesto todavía de acuerdo en cómo se realizará la cesión, ya que el Ayuntamiento no quiere perder la titularidad del edificio y ofrece al Gobierno autonómico que la cesión sea por 75 años, algo con lo que la Xunta no está de acuerdo, ya que dice que no acometerá las reformas necesarias para rehabilitar el inmueble si la cesión no es definitiva. No es esta la primera de las polémicas en la que las dos administraciones se enzarzan por el edificio de la antigua factoría, ya que antes de llegar a este punto de desencuentro había habido otros como los usos que se le iban a dar al edificio porque, en un principio, la Xunta se negaba a reformar todo el inmueble, ya que decía que, para aliviar los problemas de la Justicia en la ciudad le sobraban metros cuadrados en Tabacos.

El Ayuntamiento accedió a quedarse con una parte del edificio y propuso albergar el archivo municipal, aunque pretendía que la Consellería de Infraestruturas financiase la reforma de estas obras, algo a lo que el Ejecutivo autonómico no accedió y razón por la que, finalmente, la Xunta aceptó quedarse con toda la superficie de la antigua factoría.