El Ayuntamiento solo aprobará el proyecto de urbanización del polígono de San Pedro de Visma si cuenta con el visto bueno de la Dirección Xeral de Patrimonio, que en la actualidad estudia esa iniciativa para determinar si respeta la conocida como Fuente de los Frailes, la arqueta de la que partía la conducción de agua a la ciudad en el siglo XVIII y sobre la que se prevé levantar un edificio de ocho alturas.

"La aprobaremos con los informes favorables, si no los tiene, no podremos hacerlo", manifiesta la concejal de Urbanismo, Obdulia Taboadela, acerca de esta actuación, al tiempo que recuerda que la Junta de Gobierno local aprobó el 25 de marzo el proyecto de compensación para el polígono previsto en el lugar, que determina cuáles son las fincas resultantes en la zona a partir de las que existían originalmente.

El proyecto de urbanización, en el que se incluye el inmueble que obligaría a destruir la arqueta, solo cuenta con la autorización inicial, según destaca la edil, puesto que aún debe ser revisado por Patrimonio para que este organismo compruebe que no se afecta a los bienes de este entorno que se encuentran catalogados, entre los que figura la fuente.

Taboadela pone de relieve que la administración autonómica dispone de la documentación necesaria sobre este vestigio histórico, por lo que no es preciso que el Ayuntamiento le haya advertido previamente acerca de su existencia, ya que además la protección del patrimonio no es una competencia municipal. Por esta razón, la concejal aclara que tampoco debió efectuarse una comunicación en este sentido a la junta de compensación cuando los promotores agrupados en este órgano elaboraron el proyecto de urbanización.

La protección de la Fuente de los Frailes, construida en 1722 bajo la dirección de Fernando Casas Nóvoa como punto de captación del agua que abastecería al casco urbano coruñés, ha sido una preocupación de los vecinos del entorno desde hace años. José Ramón Calvete, presidente de la asociación de vecinos de San Pedro de Visma, asegura que este colectivo presentó alegaciones al plan general de urbanismo de 1998 para que se garantizase su conservación y que durante la tramitación del polígono proyectado en la zona volvió a comunicar al Ayuntamiento la necesidad de mantener el manantial.

"Nos sorprende que estando allí este elemento tan singular, único en todo el polígono, que se ponga justo allí un edificio", comenta Calvete, quien considera que el Ayuntamiento debería haber transmitido a la junta de compensación la existencia de la arqueta tras las advertencias realizadas por los vecinos. Desde que se inició en 1998 la tramitación del polígono de San Pedro de Visma, el colectivo de residentes se entrevistó con los sucesivos concejales de Urbanismo para expresarles su deseo de que se protegiera la Fuente de los Frailes.

Calvete destaca que la asociación consiguió incluso que Obdulia Taboadela visitara el lugar para que comprobase su importancia histórica, por lo que expresa su desagrado ante la planificación de un inmueble en ese emplazamiento.

Excavación

La presencia de arqueólogos de la Dirección Xeral de Patrimonio en las últimas semanas en la Fuente de los Frailes fue advertida por los vecinos más próximos, quienes advirtieron a Calvete. El dirigente vecinal conversó con los técnicos, quienes le expusieron su intención de excavar en torno a la arqueta con el fin de trasladarla a un lugar cercano mediante el empleo de unos raíles, aunque las grandes dimensiones de la construcción, con 12 metros de longitud y 3 de altura, les hicieron desistir y volvieron a cubrir la bóveda que cubre el manantial.

Calvete estima que la fuente se encuentra en muy buen estado y que si se limpia y adecenta será un elemento de interés para el barrio. Pese a que se encuentra sin vigilancia, confía en que no será objeto de agresiones que pongan en peligro su conservación. El portavoz de la asociación explica que los residentes en Visma conocen la fuente "de toda la vida" y que su nombre se debe a la existencia en el pasado de un convento en la zona de A Gramela, cuyos frailes acudían al manantial en verano para lavarse, ya que incluso en el estiaje brota un notable caudal de agua fresca.