El futuro de los 450 edificios que figuran en el proyecto del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del casco histórico fuera de ordenación por exceso de altura será determinado por la administración autonómica, según explicó ayer el concejal de Infraestructuras, Martín Fernández Prado, quien justificó esta decisión porque los barrios de Ciudad Vieja y Pescadería constituyen un Bien de Interés Cultural sobre el que tiene competencia la Dirección Xeral de Patrimonio. El edil recordó que el documento urbanístico se encuentra ahora sometido a información pública con el fin de que puedan presentarse alegaciones y destacó que estas iniciativas condicionarán también si podrán ser reconstruidos con las mismas dimensiones en caso de que sean derribados, aunque el Ayuntamiento también tendrá en cuenta "las características de cada edificio".

"Cuando veamos el documento final se verá, no podemos adelantar el futuro porque no depende de la decisión municipal", declaró el responsable de Infraestructuras acerca de si se prohibirá a los propietarios de algún inmueble rehacerlo con la misma altura si antes excedía lo establecido por el Pepri. "Informaremos sobre cada uno de los casos", aseguró Fernández Prado, quien calificó de "caso distinto" el del plan del casco histórico con relación al plan general, en el que la Xunta acaba de ordenar la retirada de la normativa que podía generar confusión sobre los edificios fuera de ordenación.

El Gobierno local siempre negó que el documento contuviese esta disposición, contra la que llevó a cabo una intensa campaña durante su etapa en la oposición, pero finalmente el Ejecutivo autonómico le obligó a suprimir artículos que podían crear inseguridad sobre el destino final de algunos inmuebles.

"No es un Pepri genérico que se aplique por igual para todos, sino que cada caso es diferente", aclaró Fernández Prado acerca de la forma en la que se redactará la nueva normativa urbanística del casco histórico. El concejal ya había avanzado que el documento contará con normas diferenciadas para cada una de las zonas históricas de la ciudad, pero en relación con los edificios fuera de ordenación aún será más específico, ya que se pretende dar una solución distinta.

Fernández Prado resaltó además que la figura de fuera de ordenación ya existe en el Pepri en vigor, que fue aprobado en 1998 y que será sustituido por el que se halla a exposición pública. En este nuevo documento aparecen casi 800 edificios en fuera de ordenación parcial, de los que 450 lo están por superar la altura fijada para su calle, mientras que el resto cuentan con elementos que contravienen la normativa urbanística, por lo que solo se les autorizarán reformas si eliminan estas irregularidades.